México envuelve a Dudamel y la Filarmónica de Los Ángeles - 800Noticias
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Sentado junto a un piano de cola, Gustavo Dudame levanta la cabeza y aprieta los labios con la mirada fija en el ventanal de su despacho. Como si buscara las palabras en la luz del medio día mientras piensa en su poema favorito de Octavio Paz. “Es como una gran rapsodia”, dice de Blanco, un texto complejo como un rompecabezas. “Me recuerda a Mahler, por su libertad y posibilidad de significados”. Del mismo modo, en los Nenúfares de Monet, él escucha a Debussy o a Ravel. El director de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles siente la música con formas, colores y poemas

Durante las giras, siempre carga en su maleta algunos libros fetiches. Uno de aforismos de Unamuno, la recopilación de poemas de Paz y, últimamente, Todas las familias felices, unos cuentos tardíos de Carlos Fuentes. Los guiños mexicanos no son casualidad. La capital mexicana ha sido la elegida para cerrar la gira del centenario de la compañía estadounidense, cuya última década ha estado dirigida por el talento venezolano de Dudamel . 10 años de energía, riesgo y modernidad que la crítica ha premiado con adjetivos como “la formación más vivaz y robusta”, “la más innovadora” o “la orquesta más importante de América. Punto”.

Los Ángeles es la ciudad con más población latina de EE UU. Desde los años 60, la megaurbe californiana ha sido el gran destino para los migrantes del sur. Contado las periferias son casi el 50%. La gran mayoría, 4,6 millones, tienen orígenes mexicanos, más que todos los habitantes de los Estados Sinaloa y Zacatecas juntos. Liderada por el primer director latino de su historia, la Filarmónica vuelve al corazón de México 20 años después. Un regreso cargado de significado: “México es una referencia de nuestra cultura y la relación con California y concretamente con Los Ángeles es directa. Es una conexión de sangre, de ADN. Y es hermoso como con la música podemos crear puentes”.

Para Dudamel, México representa además el primer gran valedor del proyecto que lo vio nacer y lo aupó al olimpo, aquella formidable incubadora de talento artístico e integración social: el Suistema de orquestas infantiles y juveniles de Venezuela. “Cuando nadie creía en la música como herramienta de transformación, los primeros que vinieron a apoyarnos, en los ochenta y los noventa, fueron los maestros mexicanos como Eduardo Mata, Carlos Chávez o Arturo Márquez”.

El repertorio de las tres noches mexicanas –dos en el Palacio de Bellas Artes y una en el Auditorio Nacional– estará plagado de guiños latinoamericanos, juntos a piezas habituales durante esta gira como Sustain, de Andrew Norman, la Sinfonía nº 4 de Bruckner o su homenaje a John Williams reservado para el Auditorio. En el debe mexicano destacan piezas de Gabriela Ortiz o José Pablo Moncayo. “Su huapango es el segundo himno nacional mexicano. Tocarlo siempre te mueve el patriotismo latinoamericano. Es mexicana, pero también es nuestra”, apunta Dudamel.

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