+VIDEO | Ofertó sus clases en un cartón ¡Y la vida le cambió!
Fabiana Ortega F.
Esta semana se hizo viral la imagen de un cartón en el que un profesor ofrecía sus clases de matemática.
Édgar Siu es un joven que no le teme a la reinvención. Desde hace un tiempo colecciona cartones en la residencia alquilada de Sabana Grande donde vive porque pinta y hace figuras con material reciclable. Forzado por la cuarentena, días atrás, habría intentado vender té y chocolate caliente en las calles para tener ingreso, pues el restaurante de un reconocido hotel en Altamira cerró desde hace dos meses. Sin embargo, no funcionó.
El lunes pasado decidió tomar una pieza entre su colección de cartones, pabilo y marcador para apuntar las clases que podía dictar: Álgebra I y II, cálculo diferencial, cálculo vectorial, geometría espacial, entre otros.
«Como necesitaba dinero no me quedó de otra. Dije ‘Voy a agarrar este cartón y este marcador porque no tengo más nada. Pero nunca imaginé que me iban a tomar una foto y que me iba a hacer viral. Me han llamado inclusive desde otros países», dice el estudiante de octavo semestre de Matemáticas la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL).
Edgar Siu es oriundo de La Guaira pero desde hace cinco años vive solo alquilado en Caracas. «Lo más probable es que terminé dedicándome a esto. Me va mucho mejor. Aparte que es algo que me gusta, le veo más ingreso. Nada mas esta semana, en dos días, hice 40 dólares que era casi lo que hacía en un mes en el restaurante», dice.
Siu, de 25 años y con orígenes asiáticos por parte de su padre, explica que mantiene la hora y media para los venezolanos en $5 (para estudiantes de educación media) y en $8 (para los estudiantes universitarios). El costo cambia para los extranjeros: $10, para los primeros y $15 para los segundos, respectivamente.
«Vale la pena buscar alternativas. Nunca hay que darse por vencido. Mi deseo es ayudar a mi país a recuperar los conocimientos de las ciencias de las matemáticas y a descubrir nuevos conocimientos. También ayudar a otros países a innovar y crear un negocio relacionado con esto. Por ejemplo, una academia-museo de geometría espacial», concluye.