+ VIDEO | Conozca el popular baile callejero nacido en los guetos sudafricanos
Agencia Efe
Cada vez más jóvenes sudafricanos de zonas desfavorecidas se ganan la vida con el «pantsula», un baile callejero nacido hace décadas en los guetos y que ahora decenas de bandas practican de forma profesional todo tipo de eventos.
Asociado desde sus orígenes en los «townships» -donde el apartheid obligaba a vivir a la mano de obra negra-, a la delincuencia y a los problemas sociales, el «pantsula» sirve ahora para dar oportunidades laborales a los jóvenes de estos barrios, que se caracterizan por el elevado desempleo.
Solo en el «township» de Alexandra, en el norte de Johannesburgo y uno de los más deprimidos de la ciudad, al menos cuatro grupos profesionales de «pantsula» permiten a decenas de personas salir adelante.
Uno de estos grupos es el «Via Vyndal Pantsula Group», cuyos doce miembros ensayan todos los días de lunes a viernes y viajan a menudo por Johannesburgo y sus alrededores para bailar en presentaciones comerciales, fiestas privadas o corporativas y los espectáculos para los que se les contrate.
Formado íntegramente por jóvenes de Alexandra, los doce miembros del grupo llevan ocho años bailando juntos, y todos ellos han realizado estudios de danza para perfeccionar con conocimientos lo que antes hacían por puro gusto.
Además de en Alexandra, existen grupos profesionales de «pantsula» en «townships» de todo el país, y muchos de ellos ofrecen sus servicios en portales de anuncios clasificados.
El más famoso de todos es quizá el de la Indigenous Dance Academy (IDA) de Tembisa, al noreste de Johannesburgo, que ha sido contratado para bailar en un videoclip de la banda de jazz británica Sons of Kermet y no deja de formar jóvenes en su escuela de danza.
Con un desempleo de más del 27 %, que se estima aún mayor entre la población joven, especialmente en zonas deprimidas como las que generan bailarines de «pantsula», Sudáfrica necesita nuevos puestos de trabajo para sus ciudadanos.
A través de estos grupos y sus integrantes, este baile de orígenes marginales contribuye ahora a paliar esas carencias en los barrios más pobres. EFE