+VIDEO | Cocodrilo ataca al hijo del «cazador de cocodrilos»
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Han pasado casi 16 años desde que el afamado conservacionista y zoólogo australiano Steve Irwin perdía la vida en un fatal accidente. Apodado como el ‘Cazador de cocodrilos’, Irwin había vivido toda su vida trabajando y viviendo con reptiles; y durante años se había enfrentado a todo tipo de especies de estos animales, sin importar tamaño o ferocidad.
Sin embargo, en 2006 tuvo la mala suerte de enfrentarse a una raya gigante mientras grababa un documental en la Gran Barrera de Coral de Australia, que acabó irremediablemente con su vida a los 44 años.
Un ataque imprevisible
El hijo pequeño de Steve Irwin se acercó al cocodrilo para comprobar si estaba cómodo y a gusto en su nuevo hábitat, y para ello, no dudó en darle algo de comida para tratar de ganarse su confianza. Sin embargo, el reptil no reaccionó bien y se lanzó a perseguir al adolescente, mordiéndole con sus largas y potentes mandíbulas.
El joven estaba rodando el último episodio de su programa, Crikey! It’s the Irwins (Animal Planet), protagonizado por Casper, un cocodrilo de agua salada leucístico (o albino, por su falta de melanina) que había sido trasladado al zoológico de Australia hace unos días.
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Sin embargo, el temor se apoderaba de los Irwin hace unos días, que vieron con terror cómo la historia podría repetirse y terminar de manera fatal después de que Robert se diese el susto de su vida al verse perseguido y atacado por un cocodrilo de casi cuatro metros mientras estaba rodando un episodio de su programa de naturaleza.
Un momento de terror en el que Robert Irwin hizo todo lo posible por escapar del ataque del reptil, que con un peso de casi 350 kilos no lo ponía nada fácil, por lo que terminó pidiendo socorro al equipo de rodaje presente en el lugar, que grababa la terrorífica escena. Tras un aparatoso rescate, el joven se liberó del reptil.
Irwin quiso compartir un vídeo del salvaje ataque a través de su cuenta de Instagram, confesando que había sido una de las experiencias “más intensas” que había vivido nunca: “Priorizamos el comportamiento natural con nuestros cocodrilos”, afirmó en la red social, “Al meternos en sus recintos con ellos y dejar que hagan esos movimientos desde la orilla del agua, damos pie a que utilicen todos sus instintos depredadores, y ¡les encanta!”.