+ VIDEO | Cientos de miles de surcoreanos piden en Seúl la dimisión de la presidenta
Efe
Centenares de miles de surcoreanos ocuparon hoy las calles del centro de Seúl por quinto sábado consecutivo para pedir la dimisión de su presidenta, Park Geun-hye, implicada en el sonado caso de corrupción de la «Rasputina coreana».
Según los organizadores, la cifra alcanzó el millón y medio de personas -la policía habló de solo 270.000-, que se manifestaron en una amplia zona de los céntricos distritos de Jung y Jongno con la simbólica avenida de Gwanghwamun como centro neurálgico.
De ser exacta la estimación de los organizadores, habría sido la mayor concentración hasta la fecha en contra de Park y la mayor manifestación en la historia democrática del país.
El pasado 12 de noviembre, también en Seúl, supuestamente participó un millón de personas (280.000 según la policía).
Los manifestantes, ataviados con chubasqueros para protegerse de la lluvia y la nieve, protagonizaron una marcha hacia la Casa Azul de la presidencia surcoreana (acordonada en un perímetro de 800 metros por la policía), que desplegó a 25.000 efectivos especiales, aunque el acto se saldó finalmente sin altercados importantes.
En la avenida de Gwanghwamun tuvieron lugar discursos y actuaciones, y los asistentes portaron velas encendidas al caer el sol.
«A la presidenta no le importa la gente, no tiene respeto por el país. Es obvio que todo el mundo quiere que dimita, pero no lo escucha y sigue aferrándose al poder», declaró a Efe Lee Eun-ji, de 27 años, que portaba uno de los omnipresentes carteles rojos con el lema «Park dimisión».
La manifestación se produce en un momento en el que Park se resiste a dimitir a pesar de los llamamientos casi unánimes de los diputados, los fiscales, los medios de comunicación y la ciudadanía por el mayor escándalo político de los últimos años en Corea del Sur.
La presidente ha sido señalada por los fiscales como cómplice de Choi Soon-sil, su amiga íntima bautizada popularmente como la «Rasputina coreana».
Choi está acusada de haber intervenido en asuntos de Estado a pesar de no ostentar cargo público alguno y haber extorsionado a empresas para obtener cuantiosas sumas de dinero que se habría apropiado parcialmente, entre otros actos ilícitos.
Esto ha causado una fuerte indignación en la sociedad surcoreana por la creencia generalizada de que una desconocida ha podido erigirse como figura influyente en la Casa Azul, dictar políticas y manipular a la presidenta a su antojo. EFE