Este tipo de contaminación, que también persiste en otros países de Asia del Sureste, es responsable regularmente de la muerte de ballenas, tortugas y otras especies silvestres.
El último caso es el de un ballenato de Cuvier que murió el sábado en la provincia meridional de Valle de Compostela adonde el cetáceo se varó la víspera, según la oficina regional de pesca y recursos acuíferos.
La oficina de pesca, así como un museo, el D’Bone Collector Museum, practicaron una autopsia en el animal y hallaron en su estómago unos 40 kg de plástico, desde bolsas de compras hasta embalajes de arroz.
La ballena murió de hambre por no poder alimentarse. Su estómago estaba lleno, declaró Darrell Blatchley, director del museo.
«Es repugnante, rompe el corazón», declaró a AFP. «Practicamos autopsias en 61 delfines y ballenas los últimos diez años y es una de las masas más importantes (de plástico) que hallamos encontrado», dijo.