+ VIDEO| A -15 grados y sin calefacción transcurre el crudo invierno de refugiados en Belgrado
Agencia Efe
Sin calefacción, electricidad, agua caliente ni ropa de abrigo adecuada y viviendo en un viejo almacén. Así afrontan cientos de inmigrantes -la mayoría de Pakistán y Afganistán- el helado invierno en Belgrado con temperaturas de hasta 15 grados bajo cero.
Un viejo y abandonado almacén detrás de la estación de trenes de la capital serbia es lo más parecido que tienen a un hogar y donde se calientan y preparan la comida con pequeñas fogatas.
El edificio, en que hay desperdicios y lodo por todas partes, está lleno del humo, lo que causa molestias en los ojos y dificulta la respiración.
Para luchar contra el frío, algunas ONG han instalado generadores que bombean algo de aire caliente dentro del almacén.
Sakib es un paquistaní de 27 años que intentó en cinco ocasiones cruzar la frontera de Serbia con Hungría y entrar así en la Unión Europea (UE), pero ha sido detenido y devuelto siempre.
Lleva varios meses en Belgrado y no quiere ir a un centro para solicitantes de asilo.
«Temo que me lleven al sur y me deporten de vuelta a Macedonia», declara a Efe, a la vez que señala que le gustaría ir a Italia o Alemania, pero no regresar a su país por miedo a conflictos.
Sus amigos paquistaníes y afganos, de entre 15 y 35 años, intentan preparar un guiso «de un poco de todo y nada». Las organizaciones humanitarias les ofrecen sólo una comida caliente al día.
Al lado, otro grupo de afganos intentan calentarse envueltos en sus bufandas y mantas que les han dado las ONG.
Uno es carpintero, otro dice ser pintor, un tercero se define como un electricista que conoce «bastante bien los ordenadores y la programación», y el último asegura que es técnico de ingeniería civil.
Consideran que en cualquier país podrían ser buenos trabajadores y desean ir a Bélgica, Francia, España y Alemania.
Mahud, uno de ellos, lleva en Belgrado cinco meses. «He intentado cruzar diez veces la frontera con Hungría», dice, y agrega que no descarta volver a intentarlo.
Para ellos, Serbia no es un país de destino.
Pero en Europa muchos de ellos, como los pakistaníes, son considerados emigrantes económicos por no proceder de países en guerra, y cuentan con pocas opciones de obtener asilo en la UE.
El experto de la organización humanitaria Médicos sin Fronteras Andrea Contenta explica a Efe que esas personas están varadas «en condiciones inhumanas a indignas» en la ruta de los Balcanes debido a que la UE elude abordar el problema.
Insiste en que «decir que la ruta balcánica está cerrada no refleja la realidad», y sostiene que en Grecia hay más de 60.000 inmigrantes y refugiados varados, en Bulgaria 15.000 y en Serbia más de 8.000.
«Serbia es un ejemplo del fracaso de la política migratoria, porque en el centro de Belgrado tenemos 2.000 personas que no tienen acceso a ayuda, a lavabos, a agua, a jabón, a duchas», critica.
«Estos días la temperatura caía a 15 grados bajo cero, tenemos hasta 20 centímetros de nieve, y todos quieren filmarlos. Pero ellos no están aquí sólo esta semana, están desde hace meses», advierte.
Las autoridades serbias piden desde la pasada semana a esas personas alojarse en centros de asilo por el frío y les han organizado el transporte, pero sólo unos 400 han aceptado.
Ivan Miskovic, de la Comisaría de Refugiados y Migraciones serbia, ha dicho a Efe que esos inmigrantes del centro de Belgrado «son muy obstinados en su esfuerzo por quedarse ahí».
Señaló que en esos lugares «esperan a traficantes de personas» y que «desconfían mucho del sistema, temen deportaciones, piensan que si entran en el sistema y se registran no podrán proseguir su camino hacia Europa».
Andrea Contenta indica, no obstante, que no es sencillo ni rápido el proceso de registro previo al alojamiento, y que muchos de los inmigrantes están en un «limbo legal y administrativo» por falta de capacidad administrativa de Serbia.
Además, aunque las autoridades aseguran que hay plazas todavía en los centros de acogida, Contenta afirma que «están llenos, algunos con entre el 110 y el 150 por ciento de su capacidad».
Médicos sin Fronteras han ofrecido a Serbia y a organizaciones humanitarias internacionales que trabajan en la región abrir un refugio provisional como «solución de emergencia», pero todavía no tienen una respuesta oficial.
Contenta pidió a países de la UE y no comunitarios trabajar juntos para llegar a un plan para que se supere esta situación.
«Pero la negligencia, hacer caso omiso del hecho de que existen decenas de miles de personas varadas a lo largo de la ruta de los Balcanes no es una solución», concluye.
La ruta de los Balcanes quedó oficialmente cerrada en marzo de 2016, pero inmigrantes y refugiados la usan todavía para llegar a la Unión Europea, muchas veces de forma ilegal. EFE
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