Viaja a Estados Unidos para trabajar y acaba «encarcelada por error»
Con información de Cope.es
Cristina Alonso es una joven española de 22 años que decidió viajar este verano a los Estados Unidos para mejorar su nivel de inglés y de paso trabajar. Al parecer un simple error administrativo en el visado que llevaba para 90 días le impidió disfrutar de la que se prometía como una bonita experiencia. Nada más llegar al aeropuerto de Portland fue retenida y posteriormente encarcelada durante dos días. “En la aduana me pidieron el pasaporte y me empezaron a hacer preguntas, me llevaron a una estancia y me dijeron que no podía ir a trabajar con un visado. Me cachearon, yo lloraba, estaba temblando porque no entendía nada”.
Tras cinco horas incomunicada en el mismo aeropuerto, fue trasladada a prisión. “Me dijeron que me iban a llevar a una casa donde me iba poder asear y descansar, el requisito es que me tenían que poner esposas. Me subieron a un auto y unos 10 minutos antes de llegar empecé a sospechar que la casa no era el destino. Estaba muy asustada”.
Efectivamente era mentira, se trataba de una prisión donde me quitaron las pertenecías y me pusieron primero el mono naranja y luego el azul, el que corresponde a los que están en manos de inmigración».
«En la cárcel me pusieron primero el mono naranja y luego el azul»
Según relata, esa misma noche sufrió un ataque de ansiedad .”No podía ni respirar necesitaba salir de allí. Un oficial de policía me dio un vaso de agua y me dejó la celda abierta para que pudiera salir al pasillo. No me sirvió de nada y no me proporcionaron un médico”.
Además, cuenta que tuvo problemas para poder contactar con su familia “el teléfono no me daba señal y tardé mucho en poder hablar con mis padres que no se creían que estuviera en una cárcel. Durante esas horas sufrí una tortura psicológica”. Ha insistido en que “incluso cuando parecía que me iba a marchar, pasaban las horas y nadie me decía nada”.
La joven cántabra ha criticado la actitud del consulado de España en San Francisco porque «le dijeron a mi madre que yo estaba como en un hotel”.
Cristina asegura que esta experiencia no le va a “condicionar en el futuro» y que seguirá disfrutando de una de sus mayores pasiones que es viajar.