OPINIÓN | Venezuela resiliente - 800Noticias
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Marco Rodríguez

Tengo varias semanas hablando con algunas amistades y publicando en redes una realidad que puede parecer impactante para algunos: veo muy probable que Venezuela esté por experimentar cerca de una década de crecimiento doble dígito.

Además, este rebote económico ocurrirá a pesar de las sanciones económicas, aunque sería más pronunciado, duradero y más beneficioso para la población, si tan ilógicas sanciones fueran eliminadas.

Mis conclusiones no están motivadas por un optimismo ciego, sino que son producto del análisis de circunstancias y hechos muy reales, en esencia:

  1. Un cambio poco publicitado pero existente en las negociaciones para otorgar concesiones (alianzas) para la producción de hidrocarburos y minerales, con control y participación privada mayoritaria
  2. La inmensa riqueza no producida y presente en suelo y subsuelo venezolano
  3. La enorme brecha de producción relativa al potencial, sobre todo en el sector petrolero, donde intervenciones de bajo costo y riesgo pueden duplicar o triplicar la producción actual en relativamente poco tiempo
  4. Disponibilidad de buena infraestructura, la cual en todo caso reacciona a reparaciones menores que pueden aumentar sensiblemente la producción desde nuestra posición actual.
    Hablo de un sistema vial funcional, sistema de oleoductos, silos, semilleros, fábricas, maquinarias etc. Hay otros sistemas como el eléctrico y el de refinación que requieren reparaciones mayores que demandan más tiempo y recursos, pero existen y no requieren construirse de cero
  5. El talento humano venezolano: que suele ser subestimado con sorprendente ligereza, pues contamos con una población razonablemente bien educada, mucha disposición emprendedora y con ganas de trabajar, tanto que muchos lo hacen sin obtener recompensa por su esfuerzo.
    La visión del venezolano buscador de rentas obtenidas con facilidad es un mito, más bien consecuencia de la conducta de un sector al que se le ha dado incentivos para comportarse de tal forma; al cambiar los incentivos, cambia la respuesta
  6. Otras realidades favorables: como la reactivación de remesas al ir recuperándose la actividad en el exterior, aún con cautela por la tozudez de la pandemia; el ajuste del sistema de precios bajo una dolarización de facto y mejoras visibles en la seguridad personal

En realidad, este crecimiento ya está ocurriendo. Es difícil de medir por la ausencia de data y la creciente informalidad de la economía; pero se puede observar en inauguraciones incrementales de nuevos locales, emprendimientos con alto uso de nueva tecnología y la promoción de proyectos de reactivación en varios sectores. Aún los montos de inversión son muy bajos, pero ya existen grupos que están viendo las oportunidades. 

La economía actual me recuerda la del lejano oeste en versión moderna. Presencia limitada del Estado y la población buscando algún nicho para crecer. Y como en el siglo XIX, se percibe mucho desorden y desigualdad, pero en realidad existen bases para un progreso muy relevante, y hoy día las cosas avanzan más rápido. 

Parecieran estarse gestando indicios de una transición hacia un modelo chino, con mejores incentivos a la iniciativa privada en la producción. Si se logra avanzar en esa dirección, se puede germinar un camino viable de desarrollo sustentable.

Estoy consciente de importantes obstáculos: hay un tenaz cuello de botella eléctrico y otro financiero. Es imperativo buscar un mecanismo funcional de financiamiento y reactivación del crédito tanto para la producción, como para el consumo. Sin embargo, estas dificultades probablemente se superen, hay personas trabajando en ello.

He leído cualquier cosa: desde que Venezuela es “mantenida” por 3 millones de habitantes productivos hasta que se necesitan 200.000 millones de asistencia multilateral para recuperarse. 

¿De dónde sale semejante cifra? El PIB formal venezolano debe rondar los 45.000 millones por año. Con una fracción de ese número es posible crecer considerablemente. Existen muchos campos en el país que requieren de intervenciones menores para aumentar sensible y velozmente la producción petrolera, con un vasto efecto multiplicador en toda la economía. 

La otra afirmación subestima tremendamente la resiliencia y contribución de 25 millones de personas, y sobre todo el gran potencial oculto si se es capaz de ubicarlas para producir en la inmensa capacidad ociosa existente, tanto en infraestructura como en riqueza natural.

Si un youtuber mexicano se hizo viral porque fue capaz de ver el notable potencial de una simple inversión inmobiliaria en Lecherías, ¿Cómo es que tantos, solo sean capaces de ver problemas (que tienen solución) y no las cuantiosas posibilidades? El joven entendió rápidamente que, si estás en el centro de la tierra, adonde agarres vas pa’arriba. 

En todo caso, si algo debemos superar, es el paralizante sentimiento de derrota, y empezar a creer nuevamente en nuestro país y en nuestra gente. 

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