¿Venezuela podría estar en riesgo de otro mega apagón?
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El especialista en sistemas energéticos José Aguilar, aseguró que es «imperativo que el Sistema Eléctrico Venezolano (SEV) sea operado de la manera más prudente posible a objeto de minimizar un gran apagón».
Una maniobra equivocada en el SEV podría desencadenar una interrupción masiva de la energía eléctrica en el país. Y es que el deterioro del sistema promueve que estados como Zulia, Táchira y Mérida presenten cortes de luz para que el servicio se mantenga activo y dirigido hacia la capital.
“Nosotros estamos en una situación muy complicada. No nos podemos dar el lujo de sufrir apagones porque, en primer lugar, la cuarentena que fue establecida en Venezuela generaría que la demanda de electricidad se reduzca. Algunos servicios y locales comerciales se encuentran paralizados. Pero lo que no se puede hacer es abusar del SEV y que los operadores siempre analicen con responsabilidad las maniobras que ejecuten con prudencia”, explicó Aguilar para El Diario.
Es imperativo que ante el Covid-19 el Sistema Eléctrico Venezolano, en #Venezuela #sinluz sea operado de la manera más prudente posible a objeto de minimizar un Gran Apagón…Eso está en la manos del régimen… Un Apagón puede desatar un caos con el Covid-19
— Jose Aguilar (@SoyJoseAguilar) March 16, 2020
Venezuela quedó sumida en la oscuridad justo hace un año. Durante la tarde del 7 de marzo de 2019 un apagón dejó sin electricidad a todo el país, que se extendió días después ante una población que nunca pensó que la falla duraría tantos días.
Restablecer la electricidad tardó más de 100 horas, pero las fallas eran continuas. Días después, el país volvió a quedar a oscuras, lo que provocó la desesperación de los venezolanos. Un fenómeno que también generó cortes intermitentes que se extendieron hasta 10 días en zonas más desfavorecidas, dejando consecuencias en la generación eléctrica de más de tres estados.
Aunque el servicio eléctrico se fue restableciendo periódicamente y se conservan algunos rastros de normalidad en las regiones centrales del país, las fallas nunca se solucionaron de manera definitiva. Los estados del occidente han sufrido las mayores consecuencias desde hace 12 meses: racionamientos de 8 hasta 10 horas diarias, además de sobrellevar la falta de combustible, dificultad para completar transacciones que requieren Internet y paralización de algunas áreas en los hospitales.