Venezuela, país consagrado al Santísimo Sacramento - 800Noticias
800Noticias
Religión

María García de Fleury

Desde el comienzo de la evangelización en América y en Venezuela, se educó a los cristianos en el amor y en la devoción al Santísimo Sacramento. En muchas parroquias se celebra cada año las 40 horas y de forma periódica se celebra la hora eucarística y otros modos de adoración al Santísimo.

Desde el siglo XVI existen cofradías del Santísimo en diversas ciudades de Venezuela para inculcar en el ánimo del pueblo la fe en la presencia real de Jesucristo. Para eso, los evangelizadores promovieron expresiones populares como los diablos danzantes, que han llegado a ser un elemento integrante de la cultura y el folclor en varias regiones de nuestro país.

Por otra parte, la costumbre de llevar la eucaristía a los enfermos y el viático a los moribundos tiene en muchos lugares un sentido y una solemnidad muy profunda, con formas llenas de belleza, llenas de devoción. A finales del siglo XIX en Venezuela hubo una situación política muy difícil y muy complicada para la iglesia. En ese tiempo estaba de arzobispo de Caracas, Monseñor Críspulo Uzcategui, quien era oriundo de Carora y que había nacido el 3 de mayo de 1845.

Monseñor Críspulo Uzcategui tenía un tío sacerdote que se llamaba Fray Ildefonso Aguinalde y él había visto que desde muy joven Críspulo tenía una gran inclinación hacia el sacerdocio, pero por motivos de la guerra a los 14 años el muchacho se había quedado sin colegio, por eso lo enviaron al tocuyo junto con su abuelo. Allí en el tocuyo Críspulo siguió con sus estudios, logró estudiar latín y regresó a Carora donde estudió filosofía. Obtuvo notas sobresalientes, el muchacho realmente era estudioso y realmente era entregado y como tal él pidió hacerse sacerdote.

Monseñor Guevara y Lira le dio las cuatro órdenes menores y como mejoró la situación política Críspulo se pudo ir a Caracas y allí estudió teología, historia sagrada y francés. En Guayana fue donde recibió las órdenes sagradas de manos de Monseñor Arroyo y de todo el presbiterado que estaba allí el día 8 de septiembre de 1872.

Críspulo ahora el padre Críspulo Uzcategui regresa a Caracas y celebra su primera misa en la iglesia de San Jacinto el 14 de octubre de 1872. De él se dijo en el periódico El Cojo Ilustrado el 3 de febrero de 1892 que el padre Críspulo Uzcategui jamás se ha ingerido en asuntos políticos y sin faltar a sus deberes apostólicos ni a los que se deben a la patria ha sabido siempre llevar correctas relaciones con el gobierno y profesado el respeto debido a las autoridades legales. Quizás fue por eso las razones por las cuales el general Antonio Guzmán Blanco que perseguía tanto a la iglesia lo propuso como arzobispo frente al Vaticano cuando murió el arzobispo anterior Monseñor José Antonio Ponte.

Para mí y para muchos historiadores Monseñor Uzcategui iba a ser el obispo que no se le iba a oponer al general Antonio Guzmán Blanco. Gran equivocación porque Monseñor Uzcategui siempre estuvo presente que obedecer a Dios era más importante que obedecer a los seres humanos.

Monseñor Uzcategui ya había sido teniente cura de la parroquia de Altagracia, había sido capellán de las monjas concepciones, había sido capellán del hospital militar de la asociación de la caridad de los hombres, provisor y vicario capitular y a los 39 años el papa León XIII lo consagra el 22 de febrero de 1885 como nuevo arzobispo de Caracas a través de su delegado apostólico Monseñor Bernardino de Emilia.

Una vez nombrado obispo Monseñor Uzcategui se propone crear un nuevo edificio para el seminario de Caracas. A los dos años ya tenía lista las construcciones tanto de seminario en Valencia como de seminario de Caracas y realizaba de forma así la construcción del seminario.

Puede escuchar la reflexión completa aquí