Venezolanos se unen en oración en Bogotá y piden justicia y paz para su país
EFE
Centenares de personas llenaron este miércoles la iglesia de Lourdes de Bogotá para asistir a una misa especial organizada por la Asociación de Venezolanos de Colombia en la que se rezó por la paz, la justicia y la democracia en el país vecino, sumido en una grave crisis política e institucional.
Esta convocatoria llega en un contexto de enorme tensión en Venezuela, donde desde hace semanas se registran protestas contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, que han dejado una treintena muertos.
El secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano y obispo auxiliar de Morelia (México), monseñor Juan Espinoza, presidió este oficio especial, al que asistió una numerosa representación de la comunidad venezolana residente en Bogotá, vistiendo camisetas y portando banderas de su país.
El director del departamento de Justicia y Solidaridad del episcopado latinoamericano, Elvy Monzant, señaló en declaraciones a Efe que los obispos de la región están en alerta por la situación en Venezuela.
«Estamos muy preocupados por la situación en el país, no hay ya comida, medicinas, ni servicios básicos y además hay una represión muy grave contra la población civil», advirtió Monzant antes del inicio de la eucaristía.
Esta misa para «pedir perdón por la situación en el país» ante Dios coincidió con la celebración de la festividad de la Santa Cruz de gran tradición en Venezuela y Colombia.
Durante una hora, la iglesia de Lourdes, situada en el barrio bogotano Chapinero, se llenó de peticiones de perdón, paz y reconciliación para Venezuela en una celebración con una bandera venezolana dispuesta frente al altar mayor del templo.
«En Venezuela hay muchos hermanos que están sufriendo, que tienen hambre, sed y no tienen medicamentos, hay muchos enfermos que han muerto. También ha habido grandes manifestaciones en contra de esta situación social que han dejado muchas personas muertas. Ya van treinta días en que el pueblo venezolano pide justicia y clemencia clamando al cielo», señaló monseñor Espinoza.
El prelado recordó que Dios tendrá «la última palabra» y llamó a la apertura de las fronteras venezolanas para que entren los medicamentos, tan escasos en los últimos meses.
«Tenemos ante nosotros una realidad compleja y difícil. Debemos colaborar y pedir al Señor que ponga su mano en este pueblo», sostuvo el celebrante, quien comparó el dolor del pueblo venezolano con el que experimentó Jesucristo en la cruz.
Espinoza aseguró además que el dolor tiene «un sentido» y pidió al pueblo venezolano que haga comunidad.
«Ojalá podamos tender un puente humanitario hacia Venezuela. queremos fundar ese puente de alimentos no perecederos y medicinas, todos podemos colaborar con algo para contribuir para solucionar ese problema», concluyó el obispo.
Al terminar la celebración, se rezó la oración por Venezuela creada por la Conferencia Episcopal del país en la que se pide por la llegada de una «civilización del amor». EFE