Algunas mujeres se van por su propia voluntad, otras bajo engaños, pero lo que las motiva a tomar esta decisión es la difícil situación de Venezuela, que vulnera todos los derechos humanos existentes. En medio de lo que supone ser migrante forzado se esconde un entramado de ilegalidades.
Solo entre febrero y mayo de 2022 cinco mujeres han sido víctimas de ataques personales en Trinidad y Tobago, según los casos publicados por medios locales. De acuerdo con el reporte de un funcionario policial con nacionalidad venezolana y trinitaria, «hay más casos, pero las víctimas callan por miedo, porque están amenazadas y temen por sus vidas».
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