Vea cuáles son los síndromes más raros
Laloquera.com
¿Te imaginas estar durmiendo y que de pronto te despiertes por el sonido de una explosión que viene desde tu propia cabeza? ¿Qué pasa si mañana te despiertas y no puedes hablar de otra forma que no sea con un acento italiano? Mientras lees esto, ¿crees que estás muerto y que tu cuerpo ha comenzado su etapa de descomposición?
Todas estas situaciones las han vivido algunas personas que han sufrido distintos tipos de síndromes, ya sea trastornos psiquiátricos o enfermedades congénitas, que, debido a su rareza, han sido más complicados de diagnosticar, tratar y curar.
Aquí te contamos algunos de ellos:
Síndrome del hombre lobo: También conocido como “hipertricosis”, se trata de una enfermedad congénita que se transmite de madre a hijo, y consiste un exceso de vello en todo el cuerpo o en partes específicas, lo que hace recordar al personaje de ficción que se convierte en lobo cuando sale la luna llena. No existe cura, y quienes padecen este síndrome ven cierta solución en tratamientos de depilación definitiva.
Síndrome de olor a pescado: ¿Te molesta el olor a transpiración de alguien que olvidó ponerse desodorante en el verano? Imagínate si oliera a pescado podrido.
Esto es lo que le sucede a los que padecen este síndrome, también llamado “trimetilaminuria”, y que ocurre cuando el cuerpo no puede degradar un compuesto orgánico, la trimetilamina. El sabio organismo entonces, expulsa la trimetilamina a través del sudor y la orina, pero lamentablemente, ésta viene acompañada de un olor extraño, que a veces parece pescado, otras, azufre o hasta basura. En el mejor de los casos, según quienes lo padecen, el aroma se puede asemejar a un “perfume barato”.
Hay quienes nacen con el síndrome, pero existen casos que han adquirido la enfermedad, como una mujer que tras recibir un largo tratamiento con antibióticos en su adolescencia, vio afectada en su cuerpo la producción de FMO3, la enzima encargada de descomponer la aromática trimetilaminuria.
Síndrome del cadáver andante: Se trata de un trastorno psiquiátrico por el que las personas que lo padecen, creen que están muertos. Incluso, que su cuerpo ha comenzado a descomponerse.
Se desconoce su causa y, afortunadamente, los casos son muy raros, casi tan extraños como el síndrome en sí. Oficialmente se le conoce como síndrome de Cotard, y los afectados pueden incluso decir que son seres inmortales.
Síndrome del acento extranjero: Puede ser un indicador de una lesión cerebral. Este síndrome afecta la parte del cerebro dedicada al lenguaje, y deja a quienes lo sufren de la noche a la mañana, hablando como si fueran personas de países con otro idioma.
Puede sonar divertido, pero los testimonios de personas que lo han padecido, explican la impotencia que sienten al no poder expresarse como siempre y que el resto crea que están bromeando o definitivamente, que son de otro país.
Síndrome de la mano ajena: ¿Se acuerdan de esa antigua película, “Las manos de Orlac”, de un pianista que pierde sus manos en un accidente aéreo y le terminan implantando las extremidades de un asesino, las que lo dominan y lo obligan a cometer crímenes? Bueno, esto sería algo parecido y tal vez, menos terrible.
Este síndrome tiene varios nombres: de la mano extraña, de la mano alienígena o del Dr. Strangelove, por otra película en la que la mano de un personaje parece cobrar vida propia.
En resumen, se debe a un tumor o cirugía que pudo haber afectado el conector entre los dos hemisferios cerebrales, y se caracteriza por presentar movimientos incontrolables de las extremidades y puede generar situaciones como que la mano “alienígena” interfiera en los movimientos de la otra o hasta hacer algo en contra de ella.
Síndrome de la cabeza explosiva: Se trata de episodios en los que alguien siente el sonido de una explosión o un disparo, pero desde el interior de su cabeza.
Por suerte, este trastorno ligado a problemas del sueño y altos niveles de estrés y ansiedad, no viene acompañado de dolor, pero sí provoca más angustia entre los que lo padecen, por el evidente susto y molestia que provoca.
Puede ocurrirle a una persona solo una vez en la vida, mientras que otra, puede sufrirlo por períodos en los que escucha las explosiones más de una vez por noche.
Síndrome de Jerusalén: Si vas a Jerusalén y te empiezas a sentir distinto, algo así como si fueras el propio Jesús o Moisés, y dedicas tus vacaciones a realizar actos de purificación, mientras te vas vestido con una túnica blanca -porque, efectivamente crees que eres un personaje bíblico-, tienes el síndrome de Jerusalén. Es un tipo de psicosis, que afecta a extranjeros y habitantes de la ciudad, y que provoca delirios en las personas, haciéndoles creer que son personalidades del antiguo o nuevo testamento.