Allí sólo había uvas nacionales a 140.000 bolívares por kilo (equivalente a 1,26 dólares en el mercado negro, mientras el salario mínimo en Venezuela es de 177.507 bolívares). «La gente mira y pregunta, pero no compra», dijo la encargada de un puesto. Agregó que espera la fruta importada. «Pero no me imagino a qué precio será, si la criolla [nacional] está tan costosa», señaló.
En el mercado de Chacao se consigue la uva nacional entre 300.000 y 350.000 bolívares el kilo, mientras que la importada cuesta 900.000 bolívares el kilo. En uno de los puestos, Hilda Ramírez, profesional y ama de casa, relató: «Compré medio kilo de la importada. Nuestra familia es numerosa e hicimos una «vaca» [colecta] para poder completar dos kilos y recibir el Año Nuevo comiendo cada uno sus 12 uvas».
En los supermercados de Caracas tampoco había llegado la fruta importada, pero el precio de la nacional marcaba 100.000 bolívares el kilo, en la presentación de bandejas de 400 gramos.
El precio promedio de la uva nacional, entre 2016 y 2017, aumentó 4400%, al pasar de 5000 bolívares a 225.000 el kilo, mientras que la importada subió 4900%, de 18.000 bolívares a 900.000 el kilo.
Comer lentejas para tener buena suerte en el nuevo año es otra tradición en Venezuela. En 2016 escaseaban y en los comercios donde podían encontrarse costaban 7000 bolívares el kilo. Este año se consiguen, pero a 126.000 bolívares el kilo: un alza de 1700%.
«Vamos a preparar lentejas, son rendidoras y mucho menos caras que el pernil o las hallacas [tamal típico de harina de maíz relleno con un guiso de carne]», dijo un empleado público en una frutería en el barrio de Candelaria.
Carmen Contreras, ama de casa, contó que guardó para la cena de Año Nuevo la mitad del paquete de lentejas de la caja CLAP (que reparten los Comités Locales de Abastecimiento y Producción) que le entregaron el mes pasado. «Sabía que en diciembre estarían carísimas. En la familia queremos celebrar aunque sea con una tradición», dijo.
Creencia
La creencia popular en el país es que recibir el 1° de enero con ropa interior amarilla es señal de buena suerte en el Año Nuevo. En años anteriores, los días previos al 31 de diciembre los negocios exhibían esas prendas en las vidrieras, pero ahora hay pocas y no en los lugares destacados.
«Estamos esperando que entre hoy [por ayer] y el domingo la gente compre aunque sea la bombacha», expresó la empleada de una tienda en El Silencio, en la que ofrecen el paquete con tres culotes, fabricados en China, a 385.000 bolívares, mientras que en otros negocios cada unidad, de una marca barata, cuesta 140.000 bolívares.
Los corpiños se consiguen a 380.000 bolívares cada uno. Pero si se elige la ropa interior de marca, en los comercios especializados y locales de centros comerciales, los precios son más elevados. Un culote cuesta entre 700.000 y un millón de bolívares, y un corpiño, entre dos y tres millones de bolívares.
En 2016, el precio del culote popular y el de marca oscilaba entre 6000 y 9800 bolívares, y 24.000 y 30.000, respectivamente, lo cual evidencia aumentos de 1672% y 6196%.
La crisis económica condujo a Venezuela a registrar otro récord, al cerrar 2017 con una inflación acumulada de 2000%, según un estudio elaborado por la Asamblea Nacional, de mayoría opositora.