Usos de la sal marina para mejorar tu piel - 800Noticias
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La sal marina tiene propiedades que pueden resultar muy beneficiosas para la salud de tu piel. Desde curar heridas y prevenir infecciones hasta agilizar la actividad electrofisiológica que determina las propiedades protectoras de la piel.

La sal es una sustancia tan común como necesaria en nuestro cuerpo. Ayuda a mantener un equilibrio fisiológico entre el cloro y el sodio en el organismo. Y estos, a su vez, mantienen (junto con el calcio y el yodo) el pH regulado entre ácido y alcalino. La sal marina está compuesta mayormente por cloruro sódico (86%) pero también por otros oligoelementos como calcio, magnesio, manganeso o yodo. Un exceso de cloruro sódico podría suponer una deshidratación, por eso también es tan importante que tomemos mucha agua a lo largo del día. Con esos datos, puede parecer que la sal marina es contraproducente para la piel y, no sólo no es así, sino que tiene muchos beneficios para su salud.

«Tiene propiedades antisépticas, que pueden resultar beneficiosas para la curación de heridas y prevención de infecciones. En el campo del cuidado personal podemos encontrar productos exfoliantes a base de sal marina, que ejercerán un efecto de exfoliación mecánica para la retirada de células muertas. También puede beneficiar a las personas con piel grasa por su efecto astringente», nos explica la doctora Cristina García Millán, dermatóloga del Grupo Pedro Jaén.

Desde hace años, además, el mundo de la belleza hizo un hueco en sus centros de belleza para dar cabida a una terapia complementaria que reproduce el clima de las minas de sal para que cualquier persona pueda probar los beneficios de la haloterapia tanto para enfermedades respiratorias como para afecciones en la piel como la dermatitis atópica o la psoriasis. Desde los 80, diversos estudios clínicos avalan el poder curativo de esta técnica debido a las propiedades antiinflamatorias, antisépticas y antibacterianas de la sal, además las cargas negativas que ejercen un efecto electro – Iónico en las capas superficiales de la piel. Un método que se basa en un elemento natural para el rejuvenecimiento, limpieza y cuidado de la piel.

Tradicionalmente, se ha trasladado de generación en generación los beneficios de un baño en agua salada para paliar dolencias que abarcan desde dolores musculares hasta hinchazón. Probablemente todo ello derive de la sensación de bienestar que nos produce un baño en el agua del mar. «Hay que tener en cuenta que el agua de mar no solo contiene sal; también tiene otros minerales y oligoelementos como el zinc, el magnesio, el potasio o el yodo) que tienen un efecto sinérgico con el agua salada», dice la doctora Mayte Truchuelo, dermatóloga del Grupo Pedro Jaén. También puede resultar beneficiosa para algunas dermatosis, como la psoriasis, la dermatitis atópica o el acné, que pueden mejorar por la acción conjunta de exposición solar controlada unida a la humedad propia de ambientes costeros y a la acción del agua de mar.

Por otro lado, es importante diferenciar un baño en agua con sal marina a sumergirse en aguas saladas como las de esas piscinas que en sustitución del cloro utilizan fórmulas a base de sal común, como la que tienes en casa para cocinar. Si nos metemos en el mar o añadimos la cantidad adecuada de sal marina a nuestra bañera, nuestra piel absorberá sus minerales en forma de iones, provocando la activación de nuestros mecanismos de curación. «Si queremos emplearla como antiséptico es mejor hervir agua junto a un puñado de sal marina, controlar el tiempo de exposición y tras su uso, hidratar muy bien la piel», nos insiste la doctora Cristina García Millán.

Cuidado con la aplicación directa sobre la piel, porque puede desencadenar sequedad e irritaciones. «Al ser un compuesto hiperosmolar, favorece la salida del agua de las células de la piel. Tampoco la recomendaremos en pacientes con eccemas, pues podrían empeorar», explica la experta. Sobre todo, es recomendable darse una ducha de agua dulce después para evitar que el salitre se adhiera a la piel creando esa sensación de tirantez tan incómoda y evitar la sequedad. Como comentábamos al principio, la mayor parte de su composición (cloruro sódico) provoca deshidratación por lo que es fundamental hidratar en profundidad la piel después de este tipo de baños.

En sustitución de la playa y a falta de una buena bañera donde darse el capricho saludable de un baño en agua con sal marina, siempre quedará la aplicación cosmética. Pero en estos casos, las expertas nos recomiendan que miremos muy bien el etiquetado para cerciorarnos de los ingredientes que incluye la fórmula para minimizar los riesgos de alergia.

Con información de Telva.

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