Unas 400 mujeres y niños siguen secuestrados por Boko Haram desde hace un año
EFE
Más de 400 mujeres y niños que fueron secuestrados en la localidad de Damasak, en el norte de Nigeria, por el grupo yihadista Boko Haram hace un año permanecen en paradero desconocido, denunció hoy la organización Human Rights Watch (HRW).
A través de un comunicado, HRW denunció la inacción del Gobierno nigeriano ante el mayor secuestro de escolares perpetrado por el grupo terrorista, más conocido sin embargo por apresar a más de 200 niñas de un colegio en la localidad de Chibok hace casi dos años.
Frente a los 300 escolares secuestrados en Damasak, cerca de 57 de las menores apresadas en Chibok lograron escapar, mientras que 219 siguen cautivas desde abril de 2014, según HRW.
«El Gobierno de Nigeria debería dar pasos para liberar a cerca de 400 mujeres y niños, incluyendo 300 escolares de Primaria, secuestrados por Boko Haram en la localidad de Damasak, en el estado de Borno, hace un año», manifestó la organización.
El 24 de noviembre de 2014, Boko Haram atacó Damasak, una localidad comercial situada a unos 200 kilómetros de Maiduguri, la capital de Borno, cerca de la frontera con Níger.
Los yihadistas bloquearon todos los accesos por tierra al municipio y dejaron sitiados a comerciantes y residentes, antes de ocupar la escuela de educación Primaria Zanna Mobarti, donde encerraron a más de 300 estudiantes, de entre 7 y 17 años.
Boko Haram utilizó la escuela como una base militar durante meses, en la que también confinó a otras mujeres y niños de Damasak.
«Era temprano cuando escuché disparos. Mi marido ya se había ido de casa, así que cogí a mis dos hijos, un niño de cuatro años y una chica de dos, y corrí. Pero nos encontramos con los hombres de Boko Haram y nos detuvieron en mitad de la calle. Traían cada vez a más mujeres y niños. Entonces, nos llevaron a todos a la escuela Zanna Mobarti. No he visto a mis hijos desde entonces», relató una mujer a HRW.
En las semanas siguientes, los extremistas forzaron a sus cautivos a aprender el Corán, y algunas mujeres y niños murieron por diarrea severa y vómitos tras ser obligados a comer alimentos en mal estado.
Los terroristas esparcieron hasta 400 cadáveres en las calles de Damasak, en sus mercados y el río.
«Nos obligaron a llevar los cuerpos y tirarlos al río, no podía hacer nada», confesó un profesor que escapó del colegio sitiado.
Finalmente, entre el 13 y el 15 de marzo, soldados de los vecinos Chad y Níger entraron en Damasak en el marco de una operación contra los insurgentes, que finalmente huyeron de la localidad tomando como rehenes a 300 niños y un centenar de mujeres que siguen bajo su custodia.
En los últimos seis años del conflicto que Boko Haram mantiene con el Gobierno nigeriano en el norte del país, los yihadistas han asesinados a miles de civiles, han secuestrados a centenares de mujeres y niños y han destrozado decenas de localidades y más de 900 escuelas.
No en vano, Boko Haram significa en lenguas locales «la educación no islámica es pecado» y aspira a imponer un estado islámico en el norte de Nigeria.