Una roca artificial fue clave para descifrar un misterio de 54 años
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Investigadores de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, han resuelto un enigma de 54 años de antigüedad sobre por qué ciertos fluidos se ralentizan extrañamente bajo presión cuando fluyen a través de materiales porosos, como suelos y rocas sedimentarias.
Los hallazgos, publicado en la revista ‘Science Advances’, podrían ayudar a mejorar muchos procesos importantes en los sectores energético, medioambiental e industrial, desde la recuperación de petróleo hasta la remediación de aguas subterráneas.
Para llegar a la raíz del problema, los investigadores de Princeton idearon un innovador experimento en el que utilizaron un medio poroso transparente hecho de diminutas perlas de vidrio: una roca artificial transparente. Este medio lúcido permitió a los investigadores visualizar el movimiento de una solución polimérica.
El experimento reveló que el prolongado aumento de la viscosidad en los medios porosos se debe a que el flujo de la solución polimérica se vuelve caótico, como el aire turbulento en un viaje en avión, arremolinándose en sí mismo y atascando el trabajo.
Para ello se construyó el aparato experimental, una pequeña cámara rectangular repleta al azar de diminutas cuentas de vidrio de borosilicato. El montaje, similar a una roca sedimentaria artificial, abarcaba sólo la mitad de la longitud de un dedo meñique.
En esta roca falsa, se bombeó una solución polimérica común con micropartículas de látex fluorescentes para ayudar a ver el flujo de la solución alrededor de las cuentas. Los investigadores formularon la solución polimérica de modo que el índice de refracción del material compensara la distorsión de la luz de las perlas e hiciera que todo el conjunto fuera transparente cuando se saturara.