Una «Piedad» de Goya será subasta por 3 millones de euros
EFE
Una «Piedad» inédita hasta 2011 pintada por Francisco de Goya en su juventud, con un nivel de conservación «casi excepcional», saldrá a subasta en Madrid el próximo 30 de noviembre con un precio de salida de tres millones de euros (unos tres millones de dólares).
La casa de subastas Abalarte será la que saque a subasta esta obra de juventud de Francisco de Goya (1746-1828) que puede datarse hacia 1774, ya que muestra una relación estilística directa con las últimas escenas del ciclo de «la vida de la Virgen» que realizó el maestro español en la iglesia de la cartuja de Aula Dei de Zaragoza (España).
Según informó a EFE Abalarte, la composición de esta «Piedad» hay que relacionarla con la de Annibale Carraci de la Galeria Nacional de Capodimonte en Nápoles (Italia), también con la de Miguel Ángel en el Vaticano o con la que hizo para los Colonna, todas ellas obras que debió de conocer en su viaje a Italia.
Una obra que fue declarada inexportable en 2014 en España, por considerarse «de gran rareza, representativa del periodo temprano de la producción de su autor y por constituir uno de los pocos ejemplos de su obra religiosa, ayudando así a definir la figura del artista en su contexto».
En cuanto a la procedencia, «probablemente» estuvo siempre en Zaragoza, ya que se sabe que a mediados del siglo XX pertenecía a un canónigo del cabildo de la ciudad y tras su fallecimiento pasó a una familia que lo tuvo hasta que en 2008 la adquirieron los actuales propietarios.
«El estado de conservación de esta obra es muy bueno, casi excepcional, manteniéndose el bastidor antiguo y su tela de cáñamo original sin reentelar», destacó la casa de subastas.
En el lienzo, a través de radiografía se puede distinguir una figura masculina que recuerda a San Joaquín y un angelito, lo que muestra que, al igual que hizo con otras composiciones del mismo periodo, Goya reutilizó uno anterior para pintar esta escena.
En 2012 esta obra ingresó en el Museo del Prado en Madrid, pues fue una de las que se incluyó después en 2015 en la exposición «Goya y Zaragoza (1746-1775). Sus raíces aragonesas», que acogió el Museo Goya de Zaragoza.
En el catálogo de esta exposición se calificó este cuadro «de gran calidad en la que se destaca la magistral interpretación de la luz sobre las distintas superficies de la composición permitiendo atribuir esta pintura a Goya sin género de dudas».
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