Una huelga de hambre para denunciar la «proscripción» de Cristina Fernández
EFE
Lleva cinco días en huelga de hambre, consumiendo agua, mate y sales rehidratantes, pero la lucidez no abandona al padre Francisco Olveira, quien ha montado un campamento frente a la Corte Suprema de Justicia de Argentina para denunciar la «proscripción» de la vicepresidenta, Cristina Fernández.
En una entrevista con EFE, este sacerdote de 58 años, oriundo de Málaga (España) y con nacionalidad argentina, defiende su ayuno como una forma de cargar contra el máximo tribunal del país, al que describe como una «institución podrida» que pretende «sacar de la contienda política» a la también expresidenta (2007-2015).
«Hay un clamor popular de que tenemos que vencer la proscripción y que ella tiene que encabezar (una candidatura presidencial). Ahora, encabece o no, lo que no se puede hacer es sacar del tablero a la dirigente política más importante de Argentina», asevera Olveira en la Plaza de Tribunales, próxima a la sede de la Corte Suprema.
Las manifestaciones favorables a la vicepresidenta y a su postulación en los comicios generales de octubre no han parado de crecer desde el pasado 6 de diciembre, cuando un tribunal federal la condenó a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por administración fraudulenta de fondos estatales.
Ese mismo día, la expresidenta anunció que no sería «candidata a nada» en las elecciones de este año, al considerarse víctima de una «persecución» fraguada por la justicia, los medios de comunicación y la oposición; una decisión que sus seguidores están intentando revertir por medio de un «operativo clamor».
De la plaza a la corte
Entre esos seguidores se encuentra Francisco Olveira, quien arribó por primera vez en Argentina en 1987. Cuenta que llegó al país con la intención de «vivir con los más pobres»; por ese motivo, hoy reside en un asentamiento informal del alfoz de Buenos Aires, en donde trata de «mejorar las condiciones de vida» de las personas vulnerables.
Como cada año, Olveira y otros sacerdotes marcharon el 24 de marzo pasado para recordar el 47° aniversario del golpe de Estado que dio inicio a la última dictadura cívico-militar de Argentina (1976-1983), con la diferencia de que, en lugar de culminar la manifestación en la histórica Plaza de Mayo, acabaron en la Plaza de Tribunales.
«El ayuno es una continuación del 24 de marzo. Un grupo de jóvenes instaló que este 24 teníamos que venir todas y todos a Tribunales (…). Ahí nosotros empezamos la huelga de hambre para darle continuidad y se está armando un verdadero despelote», asevera, risueño, Olveira, miembro del Grupo de Curas en Opción por los Pobres.
Otras nueve personas, además de Olveira, están participando en esta huelga de hambre, entre ellas sacerdotes, activistas por los derechos humanos y veteranos de la guerra de Malvinas (1982), quienes pasan estos días en un campamento decorado con mensajes contrarios a la Corte Suprema.
«Hay gente ayunando en Tucumán y en el Chaco (provincias del norte)», subraya el sacerdote, agregando que el ayuno se prolongará hasta este viernes, como parte de un «gesto moral y ético» contra un tribunal que, afirma, «no tiene la moralidad para dirigir la justicia» del país.
«Lawfare» contra Cristina Fernández
En opinión del sacerdote, la Justicia argentina está reproduciendo la misma estrategia del ‘lawfare’ vista en otros lugares de América Latina, como Brasil, Ecuador, Bolivia o Perú, que consiste en «demonizar» a los dirigentes populares que, «con sus defectos y virtudes», «mejoran la vida de los pueblos».
«Al final, el común de la población que ve medios hegemónicos se termina creyendo que, por ejemplo, Cristina Fernández de Kirchner se robó un PIB (producto interior bruto)», lamenta Olveira, para señalar que dicha estrategia pretende «desprestigiar» una posible candidatura suya en los próximos comicios.
«Si se presenta Cristina, ¿qué va a decir la derecha? Va a decir que se presenta para no ir presa, porque si se presenta tiene fueros y entonces no la pueden llevar presa. Y esa misma es la razón por la que ella dice, por ahora, que no se va a presentar», manifiesta el religioso.
Optimista por naturaleza, Olveira cree firmemente que esta huelga de hambre contribuirá a terminar con la «proscripción» de la vicepresidenta, al tiempo que mermará la legitimidad del máximo tribunal de Argentina.
«Por eso nosotros decimos que estamos ayunando, por las y los empobrecidos, por la renuncia de la Corte Suprema y en contra de esta mafia judicial que nos gobierna», sentencia el sacerdote, antes de reunirse nuevamente con sus compañeros en el campamento. EFE
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