Una Cumbre de las Américas austera en Hollywood
EFE
En Hollywood, la meca mundial del cine y el espectáculo, la IX Cumbre de las Américas vivió este miércoles una ceremonia inaugural austera y algo desangelada, en la que hubo referencias a los tres vetados por Estados Unidos: Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Con veintitrés minutos de retraso sobre el horario previsto, empezaron a repicar los tambores de la «United States Marine Band» en el Microsoft Theather, que no llenó sus 7.100 butacas para este acto solemne encabezado por el presidente anfitrión, Joe Biden.
Bajo una banda sonora más propia de una película épica de Steven Spielberg, el mandatario estadounidense lideró el desfile de los jefes y representantes de los gobiernos americanos entre una nube de celulares que no querían perderse el momento.
Porque si algo no faltó fue música y de todos los tipos, desde tenores escoltados por una comitiva del ‘Cirque du Soleil’, hasta mariachis liderados por Álex Fernández.
El nieto del eterno Vicente Fernández interpretó todo un himno mexicano, «El Rey», en la conferencia continental en la que el presidente de ese país, Andrés Manuel López Obrador, se negó a acudir en señal de protesta por la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela, que de alguna forma hoy estuvieron presentes.
El primero en una presentación musical supervisada por el músico y productor Emilio Estefan, esposo de Gloria Estefan, dos firmes opositores del castrismo.
«La tierra te duele, la tierra te da; en medio del alma, cuando tú no estás…», sonaba en el Microsoft Theather como un mensaje encriptado para los tres países «excluidos», cuyos Gobiernos son para Estados Unidos «antidemocráticos».
De Venezuela mencionaron una de sus maravillas naturales, el Salto del Ángel, considerada la cascada más alta del mundo, y a Nicaragua también la citaron de pasada en uno de los vídeos que, entre una y otra actuación, protagonizaron menores de los diferentes países de América.
Entre tanta miscelánea musical, también hubo espacio para los discursos políticos. Todo fueron buenas palabras que destilaban optimismo por un futuro mejor. Los primeros en hablar fueron el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti; y el gobernador de California, Gavin Newson.
Después fue el turno de la vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris; y del gobernante peruano, Pedro Castillo, en su condición de máximo representante del país anfitrión de la pasada edición de la Cumbre de las Américas y quien compareció de traje y sin su popular sombrero.
El último fue Biden, que entró al escenario sonriente, aunque su alocución se vio interrumpida unos segundos por una activista que se puso a gritar en medio de la platea contra el «cambio climático» hasta que fue conducida al exterior del recinto por el personal de seguridad sin mayores consecuencias.
En otra aparente alusión a los ‘vetados’, el jefe de Estado no desaprovechó la ocasión para poner en valor la democracia como elemento vertebrador de esta región, tan desigual, como rica.
Aunque la idea más repetida esta tarde en la ceremonia fue la de trabajar juntos para superar los múltiples «desafíos» que enfrenta la región. La lista no para de crecer: crisis climática, inseguridad alimentaria, inflación por las nubes, corrupción….
Problemas que abordarán entre este jueves y viernes en las tres sesiones plenarias de jefes de Gobierno programadas para esta Cumbre de los Ángeles desangelada.
«Las cumbres sirven para pasar de las palabras a los hechos», puntualizó Castillo, quien terminó su discurso recordando la Doctrina Monroe («América para los Americanos»).
Y con ese espíritu de trabajo se puso fin a una ceremonia de una hora y media, vistosa a medias y muy alejada de los estándares de Hollywood, pese a estar rodeado de los estudios de cine más prestigiosos.
Para terminar dos canciones como «Come Together» y «All you need is love» para emblandecer los corazones de los líderes, en medio de un ambiente político enrarecido por los llamados a la unidad, pero con excepciones.