Una buena hidratación reduce el riesgo de sufrir enfermedades crónicas
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Un gesto tan sencillo como beber agua puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y prolongar la esperanza de vida, ya que un nuevo estudio ha encontrado que los adultos que se mantienen bien hidratados viven más y con mejor salud que los que no ingieren suficientes líquidos. La investigación se ha basado en los datos de salud de 15.752 personas de entre 45 y 66 años que fueron seguidos durante 25 años, y sus autores analizaron la relación entre los niveles séricos de sodio –que aumentan cuando disminuye la ingesta de líquidos– y varios indicadores de salud.
La investigación ha sido llevada a cabo por los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos y se ha publicado en eBioMedicine. Sus resultados mostraron que los individuos cuyos niveles séricos de sodio se encontraban en el extremo superior de un rango normal tenían más probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas y mostrar signos de envejecimiento biológico avanzado en comparación con los que tenían niveles séricos de sodio en los rangos medios. Además, aquellos con niveles más elevados también tenían más probabilidades de morir a una edad más temprana.
“Los resultados sugieren que una hidratación adecuada puede retrasar el envejecimiento y prolongar una vida libre de enfermedades”, ha declarado Natalia Dmitrieva, autora del estudio e investigadora en el Laboratorio de Medicina Regenerativa Cardiovascular de la Universidad Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI), que forma parte de los NIH.
Mayores niveles de sodio aceleran los signos de envejecimiento
Los datos que analizaron los investigadores procedían de la información que proporcionaron estas personas durante cinco visitas al médico: las dos primeras cuando tenían 50 años, y la última cuanto tenían entre 70 y 90 años. Los investigadores eliminaron del análisis a los individuos que presentaban niveles elevados de sodio sérico en las primeras visitas o tenían problemas de salud, como la obesidad, que podían alterar estos niveles.
Después evaluaron cómo los niveles séricos de sodio se correlacionaban con el envejecimiento biológico, utilizando para ello 15 marcadores de salud, e incluyendo factores como la presión arterial sistólica, el colesterol y el azúcar en la sangre, que aportaron información sobre cómo estaba funcionando el sistema cardiovascular, respiratorio, metabólico, renal e inmunitario de cada persona. Se tuvieron en cuenta también factores como la edad, la raza, el sexo, el tabaquismo y la hipertensión.
Los investigadores comprobaron que las personas con los niveles más altos de sodio sérico normal, con rangos normales entre 135 y 146 miliequivalentes por litro (mEq/L), tenían más probabilidades de mostrar signos de un envejecimiento biológico más rápido, unos resultados que se basaron en indicadores como la salud metabólica y cardiovascular, la función pulmonar y la inflamación.
Por ejemplo, los adultos con niveles séricos de sodio por encima de 142 mEq/L tenían un aumento asociado del 10 al 15% en las probabilidades de ser biológicamente mayores que su edad cronológica en comparación con rangos entre 137 y 142 mEq/L; mientras que los niveles por encima de 144 mEq/L se correlacionaban con un aumento del 50%. Los niveles de 144,5-146 mEq/L se relacionaron con un incremento del 21% en el riesgo de muerte prematura en comparación con los rangos entre 137-142 mEq/L.
También observaron que los adultos con niveles séricos de sodio superiores a 142 mEq/L tenían hasta un 64% más riesgo asociado de desarrollar enfermedades crónicas, como insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular, fibrilación auricular, arteriopatía periférica, enfermedad pulmonar crónica, diabetes y demencia. Por el contrario, los adultos con niveles séricos de sodio entre 138 y 140 mEq/L tenían el riesgo más bajo de desarrollar enfermedades crónicas.
Los hallazgos de la investigación no han demostrado que exista una relación de causa y efecto, por lo que son necesarios nuevos estudios para determinar si una correcta hidratación puede promover un envejecimiento saludable, prevenir enfermedades y favorecer la longevidad. Sin embargo, los investigadores señalan las ventajas de cuidar que la ingesta de líquidos sea la recomendada.
“Las personas cuyo sodio sérico es de 142 mEq/L o más se beneficiarían de una evaluación de su ingesta de líquidos”, ha asegurado la Dra. Dmitrieva, que indica que la mayoría de las personas pueden aumentar su ingesta de líquidos de manera segura para alcanzar los niveles recomendados con agua y otros líquidos, como zumos, verduras y frutas con un alto contenido de agua. Las Academias Nacionales de Medicina, por ejemplo, sugieren que la mayoría de las mujeres consuman entre seis y nueve vasos (1,5 a 2,2 litros) de líquidos al día, y los hombres de ocho a 12 vasos (2 a 3 litros).
Con información de Web Consultas
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