Un test de sangre puede detectar el riesgo de ictus o deterioro cognitivo
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Un sencillo análisis de sangre en el que se midan las concentraciones de moléculas inflamatorias podría permitir a los médicos determinar si una persona tiene un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o un deterioro cognitivo a lo largo de la vida, según muestra un nuevo estudio que han llevado a cabo investigadores de UCLA Health.
Hasta ahora, la única forma de identificar las probabilidades de desarrollar enfermedades vasculares cerebrales se basa en una combinación de técnicas de imagen como resonancias magnéticas, historial familiar, variables demográficas y otras evaluaciones de factores de riesgo, ha explicado el autor principal del estudio, el Dr. Jason Hinman, del UCLA Comprehensive Stroke and Center y el Mary S. Easton Center for Alzheimer’s Research and Care en UCLA. En la práctica clínica, los neurólogos a menudo solo descubren que un paciente está en riesgo después de que ha sufrido un accidente cerebrovascular o un evento cerebral que lo advierte, añade Hinman.
Los resultados del estudio se han publicado en la revista Stroke y revelan que medir las concentraciones de una red de moléculas inflamatorias en la sangre podría ayudar a los médicos a calcular una puntuación de riesgo de susceptibilidad para la enfermedad de pequeños vasos cerebrales, una causa común de accidente cerebrovascular y un factor que contribuye al deterioro cognitivo, especialmente entre los ancianos.
“De la misma manera que se utilizan los análisis de colesterol para evaluar el riesgo futuro de un ataque cardíaco, aún no disponemos de algo similar para estimar el riesgo futuro de sufrir un accidente cerebrovascular”, destaca Hinman. “Creo que podemos hacerlo mediante algo tan simple como un análisis de sangre, lo que en teoría podría permitir un acceso más amplio al mejor nivel de atención sin depender exclusivamente de estudios de imágenes avanzadas y evaluaciones especializadas”.
Moléculas asociadas con la presencia de lesiones cerebrovasculares
El estudio se centró en una red de moléculas inflamatorias biológicamente conectadas conocida como la red interleucina-18, o red IL-18, que incluye proteínas y moléculas señalizadoras utilizadas para combatir diversas infecciones. Investigaciones anteriores han vinculado moléculas individuales en la red IL-18 con la enfermedad de pequeños vasos cerebrales y el riesgo de accidente cerebrovascular. Sin embargo, las concentraciones de estas moléculas individuales pueden variar en respuesta a otras enfermedades, como la gripe o los trastornos autoinmunes, lo que las hace predictores poco confiables del riesgo de accidente cerebrovascular a nivel individual, señaló Hinman.
En 2020, investigadores de la Universidad de California, incluido Hinman, descubrieron que seis moléculas en la red IL-18 estaban asociadas con la presencia de lesiones cerebrovasculares durante los escaneos por resonancia magnética. Basándose en estos hallazgos, Hinman buscó determinar en esta última publicación si la red IL-18 podría usarse para evaluar la susceptibilidad de una persona al riesgo de accidente cerebrovascular o deterioro cognitivo.
Para probar esto, los investigadores utilizaron datos de salud de un estudio de larga duración conocido como el Estudio del Corazón de Framingham. Este estudio ha seguido el historial médico de miles de residentes en la ciudad de Framingham, Massachusetts, a lo largo de sus vidas desde su inicio en 1948. Las muestras de sangre tomadas de los participantes habían sido analizadas para cinco de las seis moléculas identificadas posteriormente como parte de la red IL-18.
Utilizando las muestras de sangre y los historiales médicos de los participantes de Framingham, Hinman y su coautor lograron crear un modelo matemático que genera una puntuación de riesgo basada en las concentraciones de las moléculas de la red IL-18. De los más de 2.200 residentes de Framingham incluidos en el estudio de Hinman, aquellos cuyas puntuaciones de riesgo estaban en el 25% superior tenían un 84% de posibilidades de sufrir un derrame cerebral durante su vida. En general, las puntuaciones de riesgo elevadas se relacionaron con un aumento del 51% en el riesgo de accidente cerebrovascular y resultaron en una predicción diagnóstica en comparación con las herramientas de evaluación de riesgos existentes.
Con información de WebConsultas
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