Un «hongo atómico» en Nueva York para concienciar sobre el peligro nuclear - 800Noticias
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EFE

Un hongo atómico hinchable se levantó este martes en la icónica plaza neoyorquina de Times Square para despertar las conciencias de los viandantes contra el armamento nuclear, porque «como civilización, tenemos que elegir entre prohibir las armas atómicas o dejar de existir», advierte a los pies de la columna blanca su creador, el artista mexicano Pedro Reyes.

«Cuando empezamos a trabajar (en 2019, en este proyecto) nos veían un poco como locos, como si fuera una cosa del pasado. Desgraciadamente, todavía existen 13.000 armas atómicas en el mundo y hoy en día los gobiernos que tienen esas armas nucleares están invirtiendo trillones de dólares en nuevos armamentos», dijo Reyes a Efe bajo la sombra que el hongo proyecta sobre la concurrida plaza.

La instalación, un globo hinchable blanco de 9 metros de altura con la forma de una nube nuclear viene coronado por el lema «zero nuke» (cero armas nucleares, en español) escrito con tinta negra en los idiomas de los países con armas nucleares: Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia, Israel, India, Pakistán y Corea del Norte.

«LA MOVILIZACIÓN CIVIL COMO SOLUCIÓN»

«Con el contexto político de hoy en día, que es extremadamente volátil, el riesgo de un error, un accidente o una mala decisión que, además, recae en un puñado de personas, podría tener consecuencias que es nada más y nada menos que el fin de la vida en la tierra», dice Reyes.

Frente a su obra, que no deja de bambolearse por el fuerte viento que sopla hoy sobre la isla de Manhattan, Reyes insiste en la importancia de la movilización civil, porque -explica- el fin de las armas nucleares «solamente se va a lograr si hay presión de la sociedad, si nos informamos y expresamos nuestra indignación y nuestro rechazo al invento más cruel y más dañino del ser humano».

«Es importante que hagamos visible este deseo. Como civilización tenemos que elegir entre prohibir las armas atómicas o dejar de existir», expresó antes de volver a hacer hincapié en que un desarme «no va venir de los gobiernos que tienen las armas nucleares, solo puede venir de la sociedad exigiendo a través de este cambio de cultura que las armas se prohíban y apoyando a organizaciones» civiles.

Una de estas ONG, la Campaña para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), estuvo presente en la inauguración de la obra, que seguirá en pie en la plaza hasta el 24 de mayo.

«UN MOMENTO REALMENTE PELIGROSO»

La directora ejecutiva de ICAN, Beatrice Fihn, que recibió el premio Nobel de la Paz en nombre la organización en 2017, volvió sobre la idea de la amenaza nuclear que actualmente extiende su sombra sobre el planeta.

«Con la amenaza de Rusia de usar armas nucleares, estamos en un momento realmente peligroso, con una gran preocupación sobre la escalada nuclear. La invasión de Ucrania ha mostrado al mundo entero cuál es la realidad de las armas nucleares: que todos somos rehenes de los caprichos de unos pocos hombres de nueve países», dijo en la presentación.

También estuvo presente la directora Mitchie Takeuchi, descendiente de supervivientes del ataque nuclear contra Hiroshima.

«Las detonaciones de las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki a menudo se representan con la imagen de una enorme nube en forma de hongo como se nos recuerda aquí en Times Square hoy. Pero, siempre sentí que la imagen era impersonal y abstracta, e intencionalmente no representaba nada sobre el monstruo de la violencia o lo que sucedió bajo la nube de hongo», dijo.

Takeuchi, creadora del documental «The Vow From Hiroshima», sobre la vida de la activista y superviviente del ataque del 6 de agosto de 1945 Setsuko Thurlow, recordó que pasó su infancia en una ciudad bajo una nube de hongo, y por ello dijo que sentía la «responsabilidad compartir un lado menos conocido de la historia, la historia del profundo sufrimiento humano».

La obra, que ya se expuso en la plaza mexicana de Tlatelolco, para conmemorar el tratado del mismo nombre firmado en 1967 para establecer la desnuclearización de América Latina y el Caribe, viajará también a la sede de los premios Nobel en Noruega y a Viena, donde se próximamente se reunirán los 86 países firmantes del Tratado de No Proliferación de armas nucleares, que entró en vigor en enero de 2021.

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