Un fármaco para el cáncer podría tratar la gota y problemas cardíacos
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Un medicamento desarrollado para combatir el cáncer y que en la actualidad se encuentra en las últimas fases de los ensayos clínicos para confirmar su seguridad y eficacia podría ser útil también para tratar una amplia variedad de enfermedades inflamatorias, entre las que destacan la gota, la insuficiencia cardíaca, la miocardiopatía y la fibrilación auricular.
Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge en un nuevo estudio en el que han identificado una molécula que desempeña un papel clave en el desencadenamiento de la inflamación en respuesta a sustancias presentes en el cuerpo que se consideran potencialmente dañinas. Los hallazgos se han publicado en Journal of Clinical Investigation.
Los investigadores han explicado que las personas nacemos con un sistema de defensa conocido como inmunidad innata, que actúa como la primera línea de defensa contra agentes patógenos en el cuerpo. Algunos de estos agentes proceden del exterior, como infecciones bacterianas o virales, mientras que otros se pueden producir dentro del cuerpo.
Esta inmunidad innata desencadena una respuesta inflamatoria para atacar y eliminar la amenaza percibida, pero a veces esta respuesta se vuelve hiperactiva y causa daños al cuerpo. Un ejemplo de esto es la gota, que se produce cuando los cristales de ácido úrico se acumulan en las articulaciones, provocando una inflamación excesiva y un dolor intenso. Otro ejemplo es lo que ocurre durante un ataque cardíaco, en el que las células muertas se acumulan en el corazón dañado: entonces, el cuerpo se ve a sí mismo bajo ataque y un sistema inmunitario demasiado agresivo contraataca, causando daños colaterales al corazón.
Un medicamento que evita una respuesta inflamatoria descontrolada
Varias de estas patologías se caracterizan por la sobreactivación de un componente de la respuesta inmune innata conocido como inflamasoma, en concreto el inflamasoma NLRP3. Los científicos del Instituto de Investigación del Corazón y los Pulmones Victor Phillip Dahdaleh de Cambridge han encontrado una molécula que ayuda a responder a NLRP3. Esta molécula se conoce como PLK1 e interviene en una serie de procesos en el interior del cuerpo, incluido ayudar a organizar pequeños componentes de nuestras células conocidos como microtúbulos y citoesqueletos. Estos se comportan como vías de tren dentro de la célula, permitiendo que materiales importantes sean transportados de una parte de la célula a otra.
El Dr. Xuan Li, del Departamento de Medicina de la Universidad de Cambridge y autor principal del estudio, ha declarado: “Si podemos interponernos en el camino de los microtúbulos mientras intentan organizarse, entonces podemos, de hecho, ralentizar la respuesta inflamatoria evitando que cause daños colaterales al organismo. Creemos que esto podría ser importante para prevenir una serie de enfermedades comunes que pueden causar dolor y discapacidad y, en algunos casos, pueden provocar complicaciones potencialmente mortales”.
PLK1 desempeña otro papel importante en el cuerpo que puede ser la clave para desarrollar nuevos tratamientos para enfermedades inflamatorias, ya que participa en la división celular o mitosis, un proceso que si no se desarrolla de forma adecuada puede provocar una división celular descontrolada y la aparición de tumores. Por ello, las empresas farmacéuticas han decidido probar fármacos que inhiben su actividad como posibles tratamientos contra el cáncer.
Cuando los científicos de Cambridge trataron con un inhibidor de PLK1 a ratones que habían desarrollado enfermedades inflamatorias, demostraron que prevenía la respuesta inflamatoria descontrolada, y en una dosis mucho menor que la necesaria para el tratamiento del cáncer; es decir, que el hecho de inhibir la molécula “calmó” NLRP3 en las células que no se dividen, previniendo la respuesta inflamatoria demasiado agresiva que se observa en estas afecciones.
El próximo objetivo de los investigadores es probar su uso contra enfermedades inflamatorias en ensayos clínicos. “Estos medicamentos ya han pasado por ensayos de seguridad para el cáncer (y en dosis más altas de las que creemos que necesitaríamos), por lo que somos optimistas en cuanto a que podemos minimizar los retrasos en el cumplimiento de los hitos clínicos y regulatorios”, afirmó el Dr. Li. “Si descubrimos que el fármaco es eficaz para estas afecciones, podríamos ver nuevos tratamientos para la gota y las enfermedades cardíacas inflamatorias, así como para otras afecciones inflamatorias, en un futuro no muy lejano”.
Con información de WebConsultas
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