Un doble arcoíris y el largo camino por las banderas de igualdad en Perú
EFE
Nunca una confusión fue más afortunada. La bandera de Cuzco, epicentro turístico de Perú, está conformada por siete bandas horizontales de siete colores a imitación del arcoíris. Los habitantes de la ciudad, de alma conservadora, siempre sacan de su error a los visitantes y les aclaran que no es el emblema LGBTI+, pero, ahora, una campaña se ha propuesto unirlas para «sentar a todos los peruanos a la mesa».
«En verdad, Perú es un país con mucho racismo, mucho clasismo, mucha xenofobia y mucha homofobia, y es contradictorio, porque realmente es un país que también comparte mucho. Parte del éxito se basa en que la gastronomía une a las personas», explica a EFE Christian Caldwell, director creativo de la agencia McCann, promotora de la iniciativa.
La iniciativa partió, en buena medida, de la posibilidad de aprovechar la confusión de banderas para impulsar un proyecto que busca sensibilizar a la población, especialmente al sector del turismo, con la necesidad de buscar la igualdad.
«Dijimos, hagamos del doble arcoíris un programa donde la marca pase a un segundo plano y se dé más protagonismo a la diversidad y que Cuzco acoja a todo tipo de familias, personas parejas y razas sobre el concepto del doble arcoíris», recuerda Caldwell.
Tras innumerables problemas y obstáculos de las administraciones, el programa fructificó con un enorme mural que muestra la nueva enseña y un programa para que establecimientos turísticos cuenten con una pegatina con el lema «ciudad del doble arcoíris, todos son bienvenidos».
Adicionalmente, tal y como explica el director creativo de McCann, empezaron «a abordar puerta a puerta a distintos comercios» para convencerles «de que tienen que cambiar el chip y tener filosofía de inclusión desde adentro hacia afuera».
Un objetivo más allá de junio
Sin duda, junio es el mes para que el proyecto del doble arcoíris destaque. De un lado, es el mes del orgullo LGBTI+, y de otro, el Inti raymi, una ceremonia de origen incaico en honor al sol que ha devenido en un gran espectáculo turístico.
A juicio de Pía Bravo, directora ejecutiva de Presente, una ONG que trabaja por los derechos de las personas LGBTI+, esta iniciativa aporta a una ciudad como Cuzco, en la que esta comunidad «viene resistiendo y luchando para que también, dentro del espacio que representa, pueda verse que hay personas diversas y forman parte de una diversidad que la ciudad no necesariamente acepta o da la bienvenida».
«Me parece una buena iniciativa y me parece bien que, desde otros espacios, se esté apoyando que Cuzco pueda ser cada vez más una ciudad que acepta la diversidad», afirma.
A su juicio, «debería ser el Estado» el que pusiera en marcha iniciativas en favor de «respetar y velar por los derechos humanos», pero, al no ser siempre así, valora «la capacidad del sector privado de dar un apoyo sostenido».
«Es una gran oportunidad», considera.
Eso sí, espera que, una vez pase junio -«que es una oportunidad para que las iniciativas que hay ahora trasciendan»-, este compromiso con la diversidad e igualdad perdure.
«Va a ser importantísimo poder ver que estos compromisos que se generen durante la campaña duren y puedan trascender, independientemente de la época del año» y que esta iniciativa «sea la oportunidad de traer un tema sobre la mesa que dure esto durante todo el año», señala Bravo. EFE
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