Ucrania espera plazos para ingreso en cumbre de la OTAN
EFE
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, expresó este martes 21 de diciembre su confianza de que en la cumbre de la OTAN de junio de 2022 en Madrid su país reciba una hoja de ruta concreta para el ingreso en la Alianza.
«Para nosotros lo más importante es participar de una u otra forma y también que haya un proyecto concreto, una perspectiva concreta» de ingreso, dijo durante la conferencia anual de embajadores celebrada en la región de Ivano-Frankovsk.
Zelenski insistió en la necesidad de Kiev de conocer «la fecha» o, en su defecto, «los plazos» para la entrada en el bloque, lo que él considera un mecanismo de seguridad ante la amenaza militar rusa.
Necesitamos «concreción (…) sobre cuándo nos ven como miembros de pleno derecho de la Alianza», explicó.
Zelenski admitió haber abordado ya las aspiraciones ucranianas de cara a la cumbre de Madrid con el secretario general aliado, Jens Stoltenberg, y otros líderes europeos.
El líder ucraniano también se mostró dispuesto a llamar personalmente al jefe del Kremlin, Vladímir Putin, para concertar una reunión bilateral.
«Estamos dispuestos a reunirnos con Rusia, no es algo que nos asuste (…). Estamos listos para un diálogo directo, un cara a cara. Nos da igual el formato», subrayó.
Ucrania, al igual que Georgia, recibió la promesa verbal de que sería admitida en un futuro durante la cumbre de Bucarest (2008), aunque entonces países como Alemania o Francia se mostraron reacios al ingreso bajo presiones rusas.
Meses después estalló la guerra ruso-georgiana por el control de la república separatista de Osetia del Sur, que concluyó con victoria rusa y el reconocimiento de la independencia del territorio y de otra región, Abjasia, por el Kremlin.
A principios de 2019, meses antes de que Zelenski llegara al poder, la Rada Suprema o Parlamento ucraniano acuñó el ingreso en la OTAN en la Constitución.
Putin, quien ya intentó en 2008 vetar el ingreso ucraniano y georgiano, insiste ahora en que dicho asunto es una «línea roja» que no se puede cruzar, ya que implicaría el despliegue de armamento ofensivo a unos 500 kilómetros de Moscú.
Por ello, la pasada semana propuso a la OTAN la firma de un acuerdo de garantías de seguridad que prevenga la entrada de países de la antigua Unión Soviética.
También insta a los aliados a desistir de toda actividad militar en su patio trasero, desde Europa Oriental hasta el Cáucaso y Asia Central.
El acuerdo incluye demandas sin precedentes, como la retirada de tropas y armamento desplegados después de la firma en 1997 del acta que regula sus relaciones, lo que dejaría sin protección aliada a las tres repúblicas bálticas, que ingresaron en la Alianza en 2004.
Al respecto, Stoltenberg afirmó este martes que la Alianza no comprometerá ni el derecho de cualquier país, incluida Ucrania, a decidir sobre si quiere entrar en la organización ni el principio de defensa colectiva.
«Necesitamos ser fuertes, firmes y estar preparados y ser capaces de protegernos los unos a los otros, pero, al mismo tiempo, los aliados de la OTAN están abiertos al diálogo con Rusia. Estamos preparados para implicarnos en un diálogo significativo con Rusia», afirmó.
No obstante, subrayó que «cualquier diálogo» con el Kremlin tiene que respetar tanto los principios centrales como los documentos «en los que se ha basado la seguridad europea durante décadas».