Trampolín de saltos de esquí en Noruega se convierte en la atracción más singular
El Mundo
Con solo levantar la vista lo descubres en lo alto, asomado en las colinas de Holmenkollen. Desde muchos lugares de la capital de Noruega se ve el espectacular trampolín de saltos de esquí. No sabemos hasta qué punto la circunstancia reafirma la relación que tienen los noruegos con este monumento de carácter nacional, pero es referencia habitual en la sociedad nórdica.
Los Reyes de Noruega son habituales espectadores de los eventos deportivos que aquí se celebran, como el Día de Holmenkollen, tan importante para ellos, que lo llaman ‘el Otro Día Nacional Noruego’. El trampolín es la atracción turística más popular de Noruega y por su cantidad de visitantes, sólo puede compararse con los estadios de Wembley y Santiago Bernabéu.
A poco que uno sea aficionado a los deportes de nieve, cuando se visita Oslo, entra el gusanillo por conocer el salto de esquí más famoso del mundo. Basta coger el metro para llegar hasta Vestre Aker, barriada residencial oslense en la que puede practicarse el esquí por cierto. Merece la pena visitar esta obra de la ingeniería moderna que, además de albergar competiciones como la Copapero sobre todo porque acoge en su interior el Museo de Esquí más importante del mundo.