Trabajar para el EI, cárcel o ejecución, las opciones de periodistas de Mosul - 800Noticias
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EFE

Los periodistas iraquíes que rechazaron trabajar para el Estado Islámico (EI) después de que los terroristas conquistaron Mosul (norte) en 2014, fueron ejecutados y sólo unos pocos lograron escapar después de ser encarcelados y torturados, como es el caso de Abir al Ganem.

Al Ganem, director del canal de televisión local Sama al Mosul (El cielo de Mosul), salió del cautiverio el pasado 20 de diciembre gracias a la ofensiva de las fuerzas iraquíes para expulsar al EI de la capital de Nínive y entonces se fue con su familia al campamento de refugiados de Al Jazer, al este de la ciudad.

El periodista de 43 años cuenta en una entrevista a Efe que, antes de llegada de los yihadistas, trabajaba como director de programas culturales, religiosos, sociales y políticos en el canal local.

Cuando los yihadistas estaban rodeando la ciudad antes de irrumpir en ella en junio de 2014, Al Ganem se escondió en la sede de la emisora, mientras planeaba qué hacer para evitar ser capturado por ellos.

«Tenía que esconderme, dejé crecer mi barba, mi pelo y me cambié de casa», cuenta el periodista.

Desde su escondite en la emisora, Al Ganem llamaba de vez en cuando a antiguos colegas y así supo que otros compañeros fueron ejecutados o detenidos por el EI y forzados a trabajar en los medios propagandistas de los terroristas.

Entre los que aceptaron colaborar con el grupo yihadista, dos periodistas dieron al EI informaciones acerca de otros reporteros de Mosul, según Al Ganem.

Esto le permitió a los extremistas localizar y capturar a muchos comunicadores que, a diferencia de él, permanecieron en sus lugares de residencia.

Después de pasar un año y medio escondido, el pasado mayo Al Ganem fue descubierto y apresado por el EI cuando estaba con su mujer en un hospital de Mosul.

Pasó cuatro días en la cárcel y en ese tiempo los yihadistas le obligaron a la fuerza a mostrar «arrepentimiento» y volver al islam.

«Aunque soy musulmán, me dijeron que yo era apóstata y tenía que repudiar mi anterior trabajo», relató.

Cinco meses después, Al Ganem fue detenido otra vez y torturado en una prisión del grupo terrorista, que quería obligarle a confesar cuáles eran las fuentes que usaba para las noticias que publicaba sobre Mosul.

Durante las sesiones de tortura, los yihadistas le dijeron que algunos de los periodistas que antes trabajaban con él fueron ejecutados.

«Esto me hizo creer que la muerte ya me había llegado y el grupo me iba a ejecutar, pero la voluntad de Dios fue más fuerte que estos criminales», cuenta.

Según el Colegio de Periodistas iraquí, desde la llegada del EI a Mosul, el grupo terrorista ejecutó a al menos a nueve comunicadores y detuvo a otros 23 en la ciudad, y decenas de ellos lograron escapar a otras ciudades iraquíes o fuera del país.

Durante el año pasado, 20 periodistas fueron asesinados en Irak y en su mayoría fueron víctimas del EI, según un informe divulgado por el Colegio de Periodistas el pasado 27 de diciembre.

La mayoría de los asesinatos, según ese sindicato, tuvieron lugar en la provincia de Nínive, principal bastión del EI en Irak.

El pasado 17 de octubre las fuerzas iraquíes lanzaron una ofensiva para expulsar los yihadistas de toda la provincia y de su capital.

El pasado 20 de diciembre cuando el Ejército iraquí liberó el barrio Al Masaref, Al Ganem logró escapar de la cárcel en la que lo mantenían los terroristas.

«Llegué a mi casa en el barrio Al Bekr, que ya había sido liberado, para buscar a mi mujer y mis cuatro hijos, y huimos a Kukyeli y luego hacia este campamento», concluye el periodista. EFE

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