Theresa May se mostró determinada a concretar el «brexit» el 29 de marzo con acuerdo
EFE
La primera ministra británica, Theresa May, se mostró determinada a cumplir con la fecha del «brexit» este 29 de marzo y a hacerlo con un acuerdo, a pesar de la aparente falta de avances en sus negociaciones con la Unión Europea (UE).
En la sesión de preguntas a la «premier» en la Cámara de los Comunes, May dijo este miércoles que su posición es la misma, la de respetar la hora señalada para el «brexit», después de las conjeturas de que ofrecería para su votación en el Parlamento -pero días antes del 29 de marzo- su acuerdo negociado o un retraso del «divorcio».
«Activamos el Artículo 50 (del Tratado de Lisboa, que notificó el brexit). De hecho, esta cámara votó para activar el Artículo 50. Eso tiene un periodo (de negociación) de dos años que termina el 29 de marzo», insistió la jefa del Ejecutivo, que continúa los contactos con Bruselas para salvar el pacto que negoció durante dos años.
Ese consenso fue rechazado por los Comunes en enero, pero días después los diputados apoyaron que la primera ministra renegocie con Bruselas la polémica salvaguarda irlandesa del acuerdo.
Las perspectivas de un pacto aumentaron hoy después de que el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, afirmase que su Gobierno se prepara ante un posible «brexit» sin acuerdo, pero señalase que confía en que Londres y Bruselas logren finalmente una salida ordenada.
«Tal y como están las cosas ahora mismo, el Reino Unido abandonará la UE el 29 de marzo, con o sin acuerdo. Yo creo que lograremos un acuerdo», subrayó Varadkar en Dublín.
May se mostró firme sobre el calendario de la retirada después de que la prensa revelase hoy que el funcionario británico que negocia con la UE, Olly Robbins, comentara a otra persona -cuando estaba siendo escuchado por un periodista de la cadena ITV- que a los diputados del Reino Unido se les dará poco antes del 29 de marzo la opción entre el pacto existente o un retraso del «brexit».
La posibilidad de un posible retraso del «divorcio» de la UE es totalmente rechazada por los políticos británicos más euroescépticos.
Este jueves, la primera ministra presentará en los Comunes una moción en principio «neutra» que podrá ser enmendada y volverá a presentar otra iniciativa similar el 26 de febrero si para entonces el Gobierno no ha podido concretar un acuerdo con el bloque europeo.
El texto de la moción de mañana aún no ha sido divulgado pero ha provocado ya el malestar de los euroescépticos conservadores ante la posibilidad de que plantee impedir la salida sin acuerdo.
Mark Francois, vicepresidente del influyente Grupo de Investigación Europeo (ERG, en inglés), que reúne a unos 50 diputados «tories» euroescépticos, declaró a la cadena BBC que no respaldarán un texto de moción que descarte un «brexit» sin pacto.
Eso significaría, a su juicio, que se retiraría la «influencia negociadora -del Reino Unido- en Bruselas».
Ante la continua incertidumbre del proceso, el líder laborista, Jeremy Corbyn, acusó a la primera ministra en los Comunes de defender una estrategia de salida del bloque europeo que es «caótica, costosa y deliberadamente evasiva».
May le reprochó a Corbyn que los diputados no saben bien cuál es su posición sobre el «brexit», si apoya un segundo referéndum o si respalda una retirada con acuerdo.
«Él prefiere la ambigüedad y jugar con la política en lugar de actuar por el interés nacional», opinó la «premier».
La jefe del Gobierno negocia con Bruselas para lograr una garantía vinculante sobre la controvertida salvaguarda que evitaría una frontera dura entre las dos Irlandas.
Esa cláusula establece que el Reino Unido permanezca en la unión aduanera y que la provincia británica de Irlanda del Norte también esté alineada con ciertas normas del mercado único hasta que se establezca una nueva relación comercial entre ambas partes.
May pide garantías de que el Reino Unido no permanecerá atado a las normas del mercado único si Londres y Bruselas no llegan a un acuerdo sobre su futura relación después del «brexit».