Temer nombra como canciller al senador socialdemócrata Aloysio Nunes
EFE
El presidente brasileño, Michel Temer, nombró como nuevo ministro de Relaciones Exteriores al senador Aloysio Nunes, quien asumirá la vacante dejada por José Serra, que dimitió por razones de salud, informaron fuentes oficiales.
Nunes, de 71 años, es miembro del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), la misma formación de Serra, y su nombramiento fue anunciado por el portavoz de la Presidencia, Alexandre Parola.
“Hombre público de larga experiencia política, el senador Nunes tiene una larga trayectoria muy cercana a la política exterior y la promoción y defensa de los intereses del país”, declaró Parola.
El nuevo canciller es abogado y miembro desde hace años de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, que ha presidido en más de una ocasión.
Comenzó su vida política con el golpe militar de 1964, época en la que era estudiante de derecho en la Universidad de Sao Paulo y se afilió al Partido Comunista Brasileño (PCB).
En esos tiempos, adhirió a la lucha armada contra el régimen y se alistó como guerrillero en el grupo Acción Libertadora Nacional, con el que actuó en varios asaltos y operaciones armadas.
Optó luego por el exilio y paso unos años en París, desde donde regresó a Brasil en 1979, después de la promulgación de una amnistía dictada por la dictadura, que benefició tanto a guerrilleros como a militares que habían actuado en la represión.
Dos años después se afilió al Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al que pertenece el presidente Temer, hasta que en 1997 rompió con esa formación y pasó a engrosar las filas del PSDB.
Su compañero de partido José Serra había asumido como canciller el pasado 12 de mayo de 2016, después de que fuera apartada de su cargo la entonces mandataria Dilma Rousseff, destituida finalmente en agosto pasado y sustituida desde entonces y en forma definitiva por Temer.
En diciembre pasado, Serra fue sometido a una delicada operación en la columna vertebral y, hace diez días, presentó su renuncia ya que sus problemas de salud le impedían “mantener el ritmo de los viajes internacionales inherentes a la función de canciller”, según explicó en su carta de dimisión.
Durante su breve gestión, Serra fue la imagen fiel del talante conservador del actual Gobierno brasileño.
En plena sintonía con Temer, rompió todos los lazos tejidos por Rousseff con los países del “eje bolivariano” y en especial con el Gobierno de Venezuela, país que acabó suspendido del Mercosur tras las presiones ejercidas por Brasil, Argentina y Paraguay.
También le imprimió a la diplomacia un acento más económico y volcado a la búsqueda de nuevos mercados, un trabajo que ha quedado truncado y deberá ser retomado por el nuevo canciller, que al igual que Serra es un permanente y duro crítico de los Gobiernos situados en la órbita bolivariana.