Té verde, rojo, negro y blanco: para qué sirve cada uno
Agencias
Todos los tés proceden de la misma planta: Camellia Sinesis. Pero dependiendo de la región productora, la parte de la planta que se utilice para elaborarlo o la forma de procesar estas hojas obtendremos unos tés u otros.
Para aprovechar al máximo sus beneficios, Laura Rodríguez, Internacional Tea Sommelier CEO en Tetereta, recomienda optar por tés puros, sin ingredientes añadidos, recolectados artesanalmente, de forma tradicional. «Es mejor consumir poca cantidad y bueno, que inclinarse por los tés de bolsita», subraya.
Es importante tener en cuenta que todos los tés son infusiones, pero no todas las infusiones son tés, pues a la hora de prepararlos, la nutricionista Sylvia Castro explica que hay una serie de diferencias:
– El té se puede preparar de diferentes maneras dependiendo de la variedad.
Para el inglés, por ejemplo, se recomienda calentar el agua hasta su ebullición, apagar el fuego y verter esta agua caliente en la tetera. Después habría que enjuagar con esta misma agua la tetera de forma que se caliente y posteriormente desechar el agua. Entonces añade el té, vierte el agua caliente y deja reposar 3 minutos tapado.
– En el caso de las infusiones va a depender de la parte de la planta que queramos. Si se trata de hojas o flores (como es el caso del té, manzanilla o menta poleo) una vez el agua haya llegado al punto de ebullición, se retira del fuego y se añade la planta al agua. Después se remueve, se tapa y se deja en reposo de 5 a 10 minutos.
Si la infusión se hace con la raíz o tallo (regaliz, valeriana, raíz de diente de león…) se debe proceder de otra manera: cuando el agua rompa a hervir se añade la planta y se deja 5 minutos hirviendo. Después se apaga el fuego y se deja 5 o 10 minutos en reposo tapado.
Rodríguez indica que incluso podemos utilizar su preparación y degustación como un ejercicio de ‘mindfulness’: «Este práctica diaria nos ayudará a afrontar el día con optimismo y menos estrés».
A continuación, Rodríguez comparte los beneficios de cada té para que podamos aprovechar al máximo sus propiedades:
Té blanco
Los tés blancos más finos proceden de China. La cosecha más demandada es la de la temprana primavera, cuando la planta está cargada de nutrientes que luego serán aprovechados cuando se infusionen sus hojas.
«Una característica de los tés blancos es que están mínimamente procesados y, por este motivo, son la expresión más pura de la planta», explica Rodríguez. Cuando los brotes recién recolectados llegan a la fábrica, sufren un breve marchitado para luego ser finalmente secados. Así se libra a la hoja de parte de la humedad que le impediría conservarse correctamente con el paso del tiempo.
Tiene numerosos beneficios para nuestro cuerpo: es diurético, ayuda a regular el nivel de azúcar en sangre, es digestivo y saciante. Además, Rodríguez indica que es conocido como el té de la belleza, ya que su infusión es un cóctel de antioxidantes y su uso prolongado garantiza una piel con un aspecto perfecto.
Té verde
«La familia del té verde engloba muchas variedades, ya que son aquellos en los que se detiene la oxidación de la hoja para preservar intacta la composición química de la misma», expone Rodríguez.
Existen tés verde procedentes de diferentes partes del mundo, pero los más demandados son los chinos y los japoneses.
Beneficios del té verde
Antioxidante
Antibacteriano y antiviral
Dientes sanos y fuertes: previene las caries y su contenido en vitamina E los fortalece
Ayuda a combatir resfriados y gripes
Reduce el riesgo de padecer enfermedades del corazón, pues disminuye el colesterol y los triglicéridos
Inhibe el aumento de azúcar en la sangre, por lo que es adecuado para tratar algunos tipos de diabetes
Estas son tan solo algunas de sus propiedades generales, pero existen muchas otras según la variedad del té: los japoneses contienen una catequina especial (EPGC) que se ha estudiado mucho por sus beneficios contra el cáncer. El té matcha es rico en teanina, un aminoácido que promueve la dopamina y la serotonina reduciendo el estrés. Además, es perfecto para las personas que necesitan energía y concentración.
Té rojo
El té rojo (Pu Erh) pertenece a la familia de los muy poco conocidos HeiCha y, según comenta Rodríguez, procede en exclusiva de la región china de Yunnan. «Si algo diferencia al té rojo es el proceso de fermentación bacteriana al que se someten sus hojas. Esta es la responsable de su sabor, pero también de sus propiedades y beneficios», manifiesta.
Entre sus beneficios destaca que es un quemagrasas natural, capaz de activar el metabolismo del hígado y de bajar el colesterol, aportando una gran sensación de bienestar a tu cuerpo. También cuenta con funciones diuréticas y depurativas que ayudan a adelgazar y a mantener el peso adecuado.
Té negro
Los tés negros son aquellos cuyas hojas se han sometido a un proceso de oxidación casi total. «Para ello, las hojas se introducen en una máquina que las va enrollando a la vez que las comprime. El resultado es un jugoso ‘caldo’ en el que se desarrollan una serie de reacciones químicas que cambian no solo el color, sino también el sabor y por supuesto las propiedades de la hoja», explica Rodríguez.
Son muchos los beneficios del té negro, tanto para nuestro cuerpo como para nuestra mente: es una de las variedades con más cafeína, por lo que es el más estimulante. Por esta razón, es perfecto para tomar cuando necesitas un extra de energía y desperezarte por las mañanas. A esto le tenemos que sumar que su contenido en teanina promueve la concentración.
Por ABC.es