Tachirenses desbordaron las calles a los pies de la Virgen de la Consolación
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Un verdadero río de gente parecían las calles y avenidas de San Cristóbal y Táriba por donde pasó en procesión la imagen de la Virgen de la Consolación, este martes 15 de agosto, durante la celebración de los 423 años de la renovación milagrosa de la imagen y 463 años de historia de la imagen en el Táchira.
La procesión salió desde la Catedral de San Cristóbal, a las 6:30 de la mañana, hasta la capital del municipio Cárdenas, donde en horas del mediodía se celebró la misa pontifical presidida por el arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida, Helizandro Terán, acompañado de monseñor Mario del Valle Moronta, obispo de San Cristóbal, junto a otras autoridades eclesiásticas.
Cerca del mediodía, la imagen de Nuestra Señora de la Consolación llegó con los peregrinos que le seguían caminando hasta donde instalaron el altar para la eucaristía. Inmediatamente se inició la misa Pontifical. En ese momento no había electricidad, pero a las 12:13 pm el servicio fue restablecido. Además de los devotos y representantes de la Iglesia, también se encontraban en la concentración de peregrinos algunas autoridades civiles de la entidad, encabezadas por la primera dama del estado, Karem de Bernal, junto a la alcaldesa de Cárdenas, Marta Gallo.
Antes de comenzar la misa, el obispo Mario Moronta presentó al arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida, Helizandro Terán, y agradeció a todas las personas que han estado pendientes de su salud. Afirmó que es un peregrino más.
Homilía
Al iniciar la eucaristía, el arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida, Helizandro Terán, dijo que están para celebrar con júbilo la fiesta en honor a Nuestra Señora de la Consolación. “Es motivo de mucha alegría para mí, como arzobispo metropolitano, y sobre todo como fraile agustino el poder doblar mis rodillas ante esta imagen de la Virgen, dejada aquí en Táriba por mis hermanos agustinos. Agradezco de corazón a monseñor Mario Moronta su cordial invitación a presidir esta solemne eucaristía”, indicó y destacó que nombrar a la Virgen de la Consolación es hundirse en la más profunda tradición agustiniana.
Durante la homilía, monseñor Terán reflexionó sobre la historia de la patrona del Táchira y recordó que fueron los misioneros agustinos quienes trajeron la imagen de la Virgen de la Consolación a Venezuela en el siglo XVI y desde entonces esta imagen acompaña a Táriba. “La imagen de la Virgen muestra a María entregando a Jesús a la humanidad”.
Recalcó que la fecunda labor de los misioneros agustinos en las tierras andinas durante los siglos XVI y XVII, tal y como se verifica en los archivos de la orden Agustiniana hacia el año 1574, dos religiosos agustinos se adentraron en el Valle de Santiago procedentes de San Cristóbal con una imagen de la Virgen de la Consolación pintada sobre una tabla.
Señaló que a esa imagen se le atribuía ya un primer milagro: que estos dos religiosos pudieran pasar con mayor facilidad las caudalosas aguas del río Torbes y llegar a las tierras de los Táriba e iniciar su tarea evangelizadora. Luego el 15 de agosto de 1600, el de su renovación, como imagen en la ya deteriorada tabla en la que estaba pintada.
“La Virgen pintada en esta reliquia de madera es suficientemente expresiva porque María no sólo carga al niño Dios, sino que también lo está entregando, nos lo está entregando a nosotros, ya que el gran consuelo de Dios para la humanidad es Cristo Jesús”.
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