Unos 42 millones de electores están convocados a las urnas para renovar los 300 escaños de la asamblea: 253 por sufragio universal y los 47 restantes de forma proporcional.
El poder en Corea del Sur está concentrado en manos de la presidenta, Park Geun-Hye, cuyo mandato único de cinco años terminará en 2018.
Las elecciones a la única cámara del parlamento surcoreana están tradicionalmente dominadas por temas de política interior.
El aumento del desempleo, la caída de las exportaciones y el endeudamiento de los hogares generaron críticas a la política de Park y, por extensión, a su partido, el Saneuri.
Pero aunque la oposición trató de convertir estos comicios legislativos en un referéndum sobre la política económica de la presidenta, la izquierda no parece capaz de forzar una alternancia debido a sus divisiones internas.
Una amplia victoria del Saenuri le permitiría adoptar sus reformas en el parlamento pero un debilitamiento de su partido paralizaría probablemente su acción en los dos años que le quedan en la Casa Azul.