Suecia inicia presidencia Consejo Unión Europea - 800Noticias
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EFE

Con la invasión de Rusia sobre Ucrania dominando el debate comunitario y un contexto económico sacudido por el alza de precios y la inseguridad energética, Suecia inicia seis meses de presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea, antes de pasarle el testigo a España en la segunda mitad del año.

El arranque político de la presidencia sueca tiene lugar hoy y mañana, durante una visita del pleno de la Comisión Europea y su presidenta, Ursula von der Leyen, a la ciudad sueca de Kiruna, situada 145 kilómetros por encima del círculo polar ártico.

Es el viaje más lejano emprendido nunca por el Ejecutivo comunitario en su conjunto, con un trayecto de 2.934 kilómetros que separan Bruselas de Kiruna que supera levemente los 2.902 kilómetros de distancia entre Bruselas y Nicosia, donde la Comisión Europea viajó en 2012 con motivo de la presidencia chipriota.

«Seguridad, competitividad, transición verde y energética, valores democráticos y Estado de derecho» son las prioridades declaradas por Estocolmo, cuyos diplomáticos orientarán durante medio año los debates y las negociaciones entre los Veintisiete en tiempos de «desafíos históricos» con «consecuencias nefastas» para la migración, los alimentos y la energía.

El embajador sueco ante la UE, Lars Danielsson, aseguró esta semana en un encuentro con la prensa en Bruselas que su país no tiene «ninguna ilusión de cambiar Europa en seis meses», sino que aspira a consumar «pequeños avances» en distintos ámbitos legislativos al tiempo que lidia con la gestión de las crisis «conocidas o por conocer».

Guerra en Ucrania

El tema que dominará «gran parte de la presidencia» será la invasión de Rusia sobre Ucrania, que el próximo 24 de febrero cumplirá un año, y la asistencia humanitaria, económica y militar a Kiev, así como la rendición de cuentas de quienes hayan podido perpetrar crímenes de guerra y la posible aprobación de más sanciones contra Moscú.

El 3 de febrero se celebrará una cumbre UE-Ucrania -aún por decidir si en Bruselas o en Kiev- que marcará tanto el desarrollo del apoyo de la Unión Europea a Kiev en tiempos de guerra como en la futura reconstrucción de Ucrania, con el objetivo de que participen también países que no sean del G7 y de la UE.

En paralelo, Suecia y Finlandia han solicitado su ingreso en la OTAN, que requiere la aceptación de todos sus 30 Estados miembros. Estocolmo y Helsinki intentan ahora suavizar las reticencias de Turquía.

Energía, economía y medio ambiente

El capítulo bélico entronca con la crisis energética que atraviesa la UE, que durante el último año ha ido improvisando soluciones de emergencia para intentar contener los precios del gas, el petróleo y la luz, y que en 2023 se zambullirá en una reforma de calado del mercado eléctrico, un debate que arrancará bajo la presidencia sueca y que heredará la española.

El calendario legislativo también invita a revisar el tope de precio al petróleo ruso impuesto por el G7 y a culminar las negociaciones en curso con el Parlamento Europeo en las directivas sobre Rendimiento Energético, Energía Renovable y Eficiencia Energética.

Se debatirá también el futuro de la gobernanza económica de la UE, ámbito que incluye la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos y su «daños colaterales para Europa», que tendrá que revisar su política de subsidios.

Migración

Encontrar un marco estable y común para las políticas migratorias en la UE será otro de los asuntos espinosos de la presidencia sueca, con formaciones de extrema derecha nacionalista gobernando Italia, Hungría o Polonia y presentes también en Estocolmo, donde los ultraderechistas Demócratas de Suecia son la segunda fuerza política en el Parlamento y apoyan, desde fuera del Ejecutivo, la coalición que lidera el líder conservador Ulf Kristersson.

Se espera que la Comisión presente ideas en las próximas fechas para que el debate sobre las «partes difíciles» avance durante las presidencias del Consejo de la UE de Suecia y de España, para concluir un acuerdo migratorio en enero de 2024, durante el mandato de Bélgica, y cerrar el dossier antes de las elecciones europeas de mayo de ese mismo año, según la diplomacia sueca.

«La solución permanente está al alcance, aunque no sea fácil», dice Danielsson, y el camino pasará por utilizar «la zanahoria y el palo (…) de forma más eficiente».

Valores democráticos

Tanto la presidencia sueca como la Comisión destacan la promoción de los «valores democráticos» como una de las prioridades inmediatas de la UE, en documentos preparados antes de que a mediados de diciembre emergiera una presunta trama de corrupción en la Eurocámara vinculada a Catar, Marruecos y Mauritania.

«Es extremadamente serio», reconoce el embajador sueco sobre un dossier judicial y político que seguirá desarrollándose en 2023.


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