Sudáfrica vota el lunes unos comicios municipales
EFE
Los sudafricanos votarán este lunes en las sextas elecciones municipales de su historia democrática, unos comicios que se presentan cruciales para testar el apoyo popular al oficialista Congreso Nacional Africano (CNA) tras la pandemia y con los lastres de la corrupción y los graves disturbios de julio pasado.
Gobernante en Sudáfrica desde las elecciones que pusieron fin definitivamente al «apartheid» en 1994 e hicieron presidente a Nelson Mandela, el CNA se marcó como principal objetivo de esta campaña la recuperación de la mayoría absoluta en municipalidades clave como Tshwane (el área metropolitana que incluye Pretoria) o Johannesburgo.
Las encuestas apuntan, sin embargo, a que el antiguo movimiento de liberación no solo tendrá dificultades para alcanzar esa meta, sino que podría ver reducido el porcentaje de votos que cosechó en las elecciones municipales de 2016 y que ya supuso un importante varapalo para el oficialismo (su apoyo total cayó por primera vez por debajo del 60 %, hasta el 53,9 %).
En ese contexto, el propio presidente, Cyril Ramaphosa, que ha estado volcado en la campaña a pie de calle, declinó este fin de semana viajar a Roma para una cumbre del G20 y permaneció en Sudáfrica para no perderse el final de campaña.
«Hemos reconocido nuestros errores y también hemos explicado cómo corregiremos nuestros defectos y cómo, trabajando con todos los sudafricanos, lo haremos mejor», afirmó el presidente este viernes en un acto electoral en Soweto, el icónico distrito de antiguos guetos negros del suroeste de Johannesburgo.
Desde la oposición, los principales contendientes son la liberal Alianza Democrática (AD), especialmente popular entre la población blanca, y el frente de izquierda radical Luchadores por la Libertad Económica (EFF, por sus siglas en inglés), pero también nuevos partidos más pequeños, como el Action SA del exalcalde de Johannesburgo Herman Mashaba, buscarán dar la sorpresa.
«Los sudafricanos están cansados y agotados por el desempleo, la corrupción, la mala gestión y el estado general de fracaso (del CNA) para cumplir con su rol. Esta elección puede reencaminar a Sudáfrica y parar la caída libre», afirmaba el miércoles John Steenhuisen, líder de la AD.
CORRUPCIÓN, DISTURBIOS Y COVID-19
Ramaphosa pide el voto en nombre de la «renovación» que el CNA emprendió bajo su mando, pero al partido le pesan los escándalos de corrupción, los conflictos internos, las dificultades económicas y los graves problemas de gestión de los Ayuntamientos por todo el país.
De hecho, para esta cita con las urnas, el CNA hizo firmar a sus candidatos una promesa de buena gobernanza.
Otra herida para el oficialismo de cara a estas elecciones son los graves disturbios que el país vivió en julio pasado, circunstancia que ha obligado a aumentar la seguridad preventivamente en puntos considerados de riesgo para estos comicios.
Aquella oleada de violencia, concentrada en Johannesburgo y en la provincia de KwaZulu-Natal (este), comenzó como protestas políticas de sectores afines al expresidente Jacob Zuma tras su encarcelamiento por haberse negado a testificar en investigaciones de corrupción.
Pero después degeneraron en violencia general, espoleada por los graves problemas socioeconómicos del país (como el índice de paro del 34 % y las profundas desigualdades sociales) y la Policía y el Ejército tardaron varios días en sofocar un caos que dejó 354 muertos.
También es el primer examen electoral desde el inicio de la pandemia de covid-19, que convirtió a Sudáfrica en el gran epicentro de la enfermedad del continente africano.
Estos comicios, de hecho, estuvieron a punto de retrasarse porque la Comisión Electoral Independiente alegó que las dificultades causadas hace unos meses por la tercera ola de contagios impedía celebrarlos de forma «justa», pero finalmente la Justicia ordenó que siguieran adelante.
La vacunación avanza ahora a buen ritmo y la propia votación será una oportunidad para que muchos sudafricanos reciban sus dosis en un millar de puestos móviles instalados entre los 23.000 colegios electorales del país.
De los aproximadamente 26 millones de ciudadanos llamados a votar este lunes, alrededor de un millón que había justificado circunstancias especiales -por ejemplo, trabajadores de guardia el lunes o personas con problemas de salud- comenzó a votar anticipadamente este sábado.