Stephen Chbosky: Las redes sociales son los nuevos amigos imaginarios
EFE
Las redes sociales y la tecnología se han convertido en los nuevos amigos imaginarios que permiten a las personas ser auténticas frente a personas completamente desconocidas, dijo este domingo a Efe el escritor estadounidense Stephen Chbosky.
«Para mí las amistades vienen en todas las formas. Puedes tener una conexión muy cercana a través del correo, teléfono o redes sociales con alguien que no vas a conocer, y tener de cerca a tu vecino y que no te conoce para nada. Es una manera en que puedes ser tú más honesto», dijo el narrador y guionista antes de su participación en la mexicana Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que concluye hoy.
Añadió que el anonimato de las redes permite a los jóvenes conectarse con alguien que nunca conocen en persona, pero con quien son «auténticos y aceptados por lo que son verdaderamente».
Chbosky (Pittsburgh, 1970) presenta en la FIL su libro debut en el género del terror «Amigo imaginario» (Planeta), cuya historia da inicio cuando Kate, una madre soltera que vive abuso doméstico, escapa con su hijo Christopher, quien desaparece misteriosamente días después de llegar a una pequeña ciudad en Pensilvania.
Christopher, el personaje principal del libro, es un niño que desarrolla una voz en su cabeza que lo incita a hacer cosas extrañas ante los demás.
El narrador hizo también una críticas a las redes sociales que han provocado que los niños y adolescentes vivan ahora con más temor, pues tienen acceso a material para el que muchas veces no están preparados.
«Yo diría que el miedo está ahora más presente que antes debido a los medios sociales porque prácticamente cualquier historia y cualquier vídeo es ahora accesible y los niños van a encontrarlo y van a llegar a él porque tienen curiosidad», consideró.
Su nueva novela está marcada por el abuso físico y psicológico que viven ambos personajes, un tema que Chbosky había abordado ampliamente en «Las ventajas de ser invisible» (1999, Pocket books), su libro debut que se convirtió en un best seller.
El texto fue adaptado para producir la película del mismo nombre que él mismo dirigió y fue que se estrenada en 2012.
El guionista y director asegura que el deseo de sacar a la luz estos temas radica en un interés personal, pues tiene amigos cercanos que han sufrido diversas situaciones de abuso, un problema que no solo les afectó a ellos sino también a sus familias.
«Tengo amigos que amo y que han sido afectados por esto y también sus familiares han sido afectados. Estas cuestiones son muy importantes y creo que si las sacamos a la luz va a desaparecer la oscuridad», señaló.
El narrador consideró que abordar este problema ha sido un factor para que los adolescentes y jóvenes se sientan identificados con sus novelas.
«Mis libros y las historias que narro muestran a las personas que no están solas. Si batallas con una cuestión, si has sufrido abuso o enfermedad mental de cualquier tipo o eres gay, mis historias dicen de manera muy positiva que no se encuentran solos y espero que puedan tomar de ellas la creencia de que van a estar bien conforme crezcan», expresó.
El libro es un «homenaje» al escritor del género de terror Stephen King, uno de los autores que marcó su adolescencia de manera fundamental y que desde entonces lo inspiró para escribir una historia de suspenso.
El proceso creativo fue largo pero con la convicción de que debía lograr un texto que estuviera a la altura de lo que tenía en mente, señaló.
«No lo encontré difícil para nada. Me encanta tanto el horror que se sintió como que en verdad podría llegar a sentirme cómodo, aunque me sorprendí al darme cuenta de que puedo tener este lado malévolo», dijo.
Chbosky contó que la actriz Emma Watson, con quien comparte una buena amistad, le ayudó a modificar el final y arriesgarse con una conclusión más contundente de la que había pensado inicialmente.
Adelantó que trabaja en el guión para adaptar esta novela a lo que podría ser una serie o a una película.
Entre el 30 de noviembre y el 8 de diciembre, la FIL acogió en Guadalajara, capital del occidental estado mexicano de Jalisco, a cerca de 800 escritores provenientes de 37 países y más de 2.000 editoriales, además una destacada delegación de la India y cerca de 800.000 visitantes.