Solar Impulse se resigna a seguir en su hangar de Japón
Nagoya, Japón | AFP | El avión revolucionario Solar Impulse 2, que ha renunciado este miércoles a emprender de nuevo el vuelo desde Nagoya, en el centro de Japón, por el mal tiempo, regresó a su hangar móvil.
«Solar Impulse 2 volvió a su hangar, pero ¿por cuánto tiempo?», se preguntaban los organizadores de este desafío tecnológico en su cuenta Twitter.
«Pienso que no habrá ninguna novedad antes del viernes», dijo a la AFP un portavoz de la misión en Nagoya.
Según las imágenes difundidas por internet de la sala de control en Mónaco, la decepción era perceptible cuando se decidió, poco antes de las 04H00 en Japón (19H00 GMT del martes), anular el despegue antes del alba.
«Si no logramos superar la decepción y la frustración, hay que dedicarse a otra cosa que no sea la exploración y la aventura», dijo el piloto Bertrand Piccard.
Su alter ego André Borschberg era el encargado de sentarse al mando de este aparato para un vuelo de cinco días y cinco noches entre Nagoya y Hawai.
«Tratamos de encontrar la forma de llegar, pero es razonable no traspasar algunos límites», dijo Borschberg tras la anulación. «El tiempo es inestable sobre el Pacífico», agregó.
La decisión de emprender el vuelo es muy difícil de tomar, dados los numerosos factores técnicos que influyen en esta avión, que se mueve por energía solar.
«Es muy complicado prever el tiempo que hará en cinco días», recordó un miembro del equipo en el canal de vídeo en internet.
El avión está en tierra en Nagoya desde el 2 de junio debido a la temporada de lluvia en Japón.
Había despegado de Nankin (este de China) en dirección a Hawai, pero tuvo que renunciar a proseguir vuelo debido a un frente nuboso difícil de traspasar.
Desde entonces no se ha producido ninguna mejoría duradera pese a que el equipo ha estado listo para despegar en varias ocasiones.
Borschberg dijo la semana pasada que estaban dispuestos a esperar «dos meses» en Japón, si fuera necesario, hasta agosto.
El avión salió el 9 de marzo de Abu Dabi con el objetivo de dar una vuelta al mundo recorriendo 35.000 kilómetros, un desafío tecnológico y aeronáutico.