Sindicatos chavistas aseguran que paro de trabajadores no tuvo seguimiento
EFE
La Central Bolivariana Socialista de Trabajadores (CBST) de Venezuela, afín al Gobierno, aseguró hoy que el paro cívico convocado por los opositores del presidente, Nicolás Maduro, no tuvo seguimiento y, por el contrario, los empleados acudieron a sus puestos «en paz».
El presidente de la CBST, Wills Rangel, indicó ante periodistas que 17 federaciones y varios sindicatos chavistas recorrieron «todo el país» y comprobaron que los trabajadores se incorporaron a sus faenas «como todos los días».
«Le decimos al fascismo, al terrorismo, que aquí no hay clase obrera que se preste a ningún paro con sus propios verdugos», dijo Rangel, en alusión a la mayor patronal del país, Fedecámaras, a quien la CBST ve como una aliada de la oposición y un enemigo de los trabajadores que hoy «cerró algunos portones» de fábricas.
Afirmó que empresas de sectores estratégicos como la industria petrolera están «totalmente operativas» pese a que algunos de sus obreros se han encontrado barricadas en las vías puestas por opositores que respaldan el llamado a paro hecho por la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
«El verdadero líder de la clase obrera, el único que puede convocar paro nacional se llama Nicolás Maduro que es el líder fundamental de los trabajadores venezolanos», prosiguió el sindicalista al referirse al jefe de Estado.
Rangel agregó que la CBST apoya el cambio de ordenamiento jurídico que impulsa el Gobierno mediante una Asamblea Nacional Constituyente que será elegida el 30 de julio, pese al rechazo del chavismo disidente, de la MUD y de la comunidad internacional.
El paro general fue acatado parcialmente en todo el país, especialmente en el este de la capital donde comercios y oficinas amanecieron cerradas y las principales vías bloqueadas, mientras en el interior algunos comercios permanecen cerrados y las calles desiertas, según diputados de la MUD.
Este paro es parte de la «fase superior» de presión del antichavismo contra el Gobierno que inició el pasado domingo con una consulta popular en la que participaron 7,5 millones de personas, según los organizadores.
En este plebiscito el 98 % de los votantes rechazó la Constituyente, pidió a la fuerza armada acatar al Parlamento, de mayoría opositora, y aprobó renovar los poderes públicos, así como llamar a elecciones e instaurar un gobierno de transición.