Sin la ayuda de familiares en el exterior se hace difícil vivir en Venezuela - 800Noticias
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Agencias

Las remesas enviadas por los venezolanos en el exterior se han convertido en los últimos meses en el “aliado” de los salarios, ante la vorágine con la que “devora” la inflación el ingreso mínimo mensual.

A pesar de que no existen datos precisos que cuantifiquen la diáspora, cada vez son más familias que reciben dinero de un pariente o pareja desde el extranjero y que los alivia con los gastos de comida y medicamentos.

En octubre, el Ministerio de Trabajo de Brasil (MTB) concluyó en un estudio que el 54,2% de los venezolanos en la tierra amazónica enviaban hasta 500 reales a sus familiares.

Estas remesas, no obstante, son despachadas principalmente a través de páginas y personas “intermediarias” que se basan en el precio del dólar paralelo con lo cual se evade la tasa de  las casas de cambio (Bs. 3.336,64).

Maritza Morán narró que su hija se fue hace un año a Panamá y le transfiere  una mesada que utiliza para cubrir las compras que se escapan de su sueldo de administradora y de su esposo, profesor universitario.

“Ella comenzó a trabajar en un restaurante y tenía amigos a los cuales les depositaba en dólares y ellos poseían una cuenta en bolívares aquí en el país mediante la cual me deban el dinero”, describió la mujer de 50 años.

“Sin dudas que es una ayuda porque no importa lo que ganes, igual aquí no te alcanza y mi hija se fue con la convicción de colaborar con nosotros”, dijo.

casas de cambio argentina

Eugenio Manrique, educador de 48 años, revela que en los últimos meses la cantidad de personas que se ofrecen como “intermediarios” para transferir el dinero en bolívares se ha duplicado.

“Antes, mi hija que está en Estados Unidos tenía que buscar bastante para conseguir a alguien que lo hiciera, pero ahora abundan, muchos se están beneficiando con este tipo de negocios”, señaló, al tiempo que resalta que utiliza el aporte para medicamentos.

Desde Chile, Francia Jiménez, con 4 meses viviendo en el país austral, asegura que existen riesgos con este mecanismo para convertir divisas en bolívares. “En las redes sociales abundan, pero no son confiables y pueden ser una estafa”, expone.

Aclara que tampoco es mucho el dinero que los venezolanos pueden enviar debido a que los trabajos que les ofrecen son de salario mínimo y el costo de la vida, en el caso de Santiago de Chile, es alto.

“La ventaja que se tiene es que a pesar de enviar menos de la cuarta parte del sueldo a un pariente en Venezuela, cuando se convierte a la tasa paralela, son millones de bolívares”, especificó.

Mediante esta vía, no obstante, se priva a la nación del ingreso de divisas, a través de las casas de cambio y el cual se requiere ante la escasez de “verdes” por la caída de los precios del crudo. El factor que más aleja de este camino es el diferencial cambiario entre la tasa oficial y la paralela.

En Latinoamérica, existen experiencias de países que apalancan sus economías en la recepción de remesas, tales como Paraguay, que recibió en 2016, $ 562 millones; Ecuador, $ 2.618,2 millones y México, $ 26.962 millones, según cifras de los bancos centrales.

El director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia, Alberto Castellano, explica que la recepción de divisas representa un “ingreso fresco” para la balanza.

Explica que el envío de remesas en bolívares a tasa del dólar paralelo representa doble presión en la inflación, en principio por su “emisión inorgánica” por parte del Banco Central para financiar el gasto público, lo que aumenta la liquidez monetaria, y segundo produce “inflación por costos”, debido a que presiona la tasa de cambio implícita.

El profesor universitario propuso que solo desmontar el control de cambio puede ayudar a atraer el ingreso de dólares desde los venezolanos en el extranjero e impulsar la economía.

En mayo, la casa de cambio Italcambio informó a este Diario de un aumento del 40% de las operaciones de este tipo; sin embargo, la cifra oficial por parte del BCV se desconoce. Lo único cierto es que cada vez más hogares comienzan a depender de las remesas para enfrentar la crisis económica criolla.

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