Siguen protestas de estudiantes argelinos contra decisión de Buteflika
EFE
Los estudiantes argelinos volvieron hoy a salir a la calle para protestar contra la decisión del presidente del país, Abdelaziz Buteflika, de optar a un quinto mandato pese a su enfermedad, por tercer día consecutivo desde que el pasado domingo un representante presentará oficialmente su candidatura.
El mandatario está desde el pasado 24 de febrero ingresado en un hospital de Suiza sin que haya transcendido cuál es su estado real de salud.
Al grito recurrente de “Had chaab la yurid la Buteflika la Said”, (este pueblo no quiere ni a Buteflika ni a Said) en refernecia a su hermanos o “Poder asesino”, los estudiantes intentaron hoy marchar a la plaza de la Grand Post,epicentro de la capital, pero se toparon con un férreo dispositivo policial.
La policía solo dejaba avanzar, con extremada lentitud y mucha precaución a los automovilistas, que en la mayoría de los casos secundaban la protesta haciendo sonar el claxon de sus vehículos en medio de albórbolas y cánticos nacionales.
Concentraciones similares estudiantiles fueron convocadas en el resto de universidades de la capital y en otras ciudades del país tal como Ain Temouchent, Constantina, Batna, Bouira, Guelma, Annaba y Blida.
Las protestas empezaron el pasado 22 de febrero y desde entonces han ido creciendo de forma sostenida hasta desbordar el pasado viernes la capital, en la mayor manifestación que se recuerda en la última década.
A pesar de ello, el domingo el ministro argelino de Transporte y jefe de la campaña de Buteflika, Adelghani Zaalane, presentó en su nombre el acta de candidato ante el Tribunal Constitucional, que tiene diez días para examinar todas las candidaturas y validarlas.
El lunes, los principales grupos de oposición exigieron de nuevo al círculo de poder que active el artículo 102 de la Constitución que permite incapacitar al presidente por motivos de salud y posponga las elecciones previstas para el 18 de abril.
Durante la presidencia iniciada en 1999, Buteflika sufrió en 2013 un “derrame cerebral” que mermó sus facultades físicas y que ya le impidió hacer campaña en las presidenciales del año siguiente, pero no ganar los comicios.
Desde entonces, no habla en público, se mueve en una silla de ruedas empujada por su hermano Said y sus apariciones públicas son inusuales, reducidas a las imágenes grabadas por la cadena estatal con motivo del consejo de ministro o de visitas de altos dignatarios extranjeros.
Hace un lustro que no viaja al extranjero y en los dos últimos años ha cancelado en el último momento por “recaídas de salud” reuniones ya confirmadas con altos responsables como la canciller alemana, Angela Merkel, o el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán.