Siete castigos de los dioses griegos
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Los dioses de la mitología griega presentan un vasto repertorio de castigos, plasmados en las legendarias narraciones que nos transportan a un mundo fascinante de deidades y mortales. Estas historias no solo están repletas de amor, incesto, traiciones y batallas épicas, sino también de terribles castigos dictados por los dioses griegos.
Dentro del inframundo griego, gobernado por el sombrío Hades, se desplegaban las más crueles torturas para aquellos a quienes los dioses habían decidido castigar. Según la leyenda, tras la muerte, las almas humanas eran transportadas por Caronte en su barca, cruzando el río Estigia para enfrentar su juicio. Mientras que los justos hallaban descanso en los Campos Elíseos, aquellos cuyo comportamiento no complacía a los dioses sufrían tormentos eternos en lugares como el Tártaro, donde los castigos más atroces tenían lugar.
- Atlas y el peso del mundo: Tras liderar las fuerzas de Cronos durante la Titanomaquia y ser derrotado, Atlas fue castigado a soportar el peso del firmamento sobre sus hombros durante toda la eternidad, una carga que lo doblegaría física y mentalmente.
- Tántalo y la roca perpetua: Tántalo, tras violar las leyes divinas en tres ocasiones, fue aplastado por una roca en el Tártaro, un castigo que se repetía incesantemente, infligiendo un dolor eterno y desgarrador.
- Ixión y las serpientes giratorias: Por su traición y violencia, Ixión fue atado a una rueda en el Tártaro, donde serpientes lo envolvían y desgarraban su carne mientras giraba sin cesar, una tortura que lo sumía en una agonía interminable.
- Ticio y la devoración constante: Ticio, impulsado por su lujuria descontrolada, fue condenado a sufrir la eterna agonía de tener su hígado devorado por buitres o serpientes en el Tártaro, un tormento que se repetía sin descanso.
- Sísifo y la roca interminable: Sísifo, por su astucia y engaño, fue condenado a empujar una roca colina arriba, solo para verla caer de nuevo cada vez que estaba a punto de alcanzar la cima, en un ciclo de esfuerzo y desesperación sin fin.
- Las hijas de Danao y el pozo sin fondo: Obligadas a cometer un acto atroz para salvar sus vidas, las hijas de Danao fueron condenadas a llenar un pozo sin fondo en el Tártaro, una tarea imposible que las sumía en una desesperanza eterna.
- Aracne y la tejedora convertida en araña: Aracne, desafiando a los dioses con su habilidad para tejer, fue transformada en una araña por Atenea, condenada a pasar la eternidad tejiendo su tela en un ciclo interminable de trabajo y frustración.
Estos castigos, con su brutalidad y permanencia, reflejan la implacable justicia divina y advierten sobre las consecuencias de desafiar el orden celestial.
Con información de Super Curioso
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