Serrat emociona a los «locos bajitos» de un hogar infantil de Buenos Aires
EFE
El cantautor español Joan Manuel Serrat emocionó hoy con su voz a los pequeños que habitan la Casa Garrahan de Buenos Aires, un centro que brinda hogar a niños que, acompañados por sus madres, deben viajar a la capital de Argentina desde el interior del país para recibir tratamiento médico.
Con una sonrisa permanente y generando expectación a cada paso, el autor de «Lucía», «Aquellas pequeñas cosas» o «Mediterráneo» decidió pasar la tarde con los chicos y chicas que pasan en la Casa sus días, en medio de la extensa gira que se encuentra realizando por diferentes ciudades argentinas.
«Que dentro de todo el sufrimiento que encierra la enfermedad y la distancia de los lugares que queréis y son habituales para vosotros, podáis tener un rincón que podáis sentir como vuestra casa», señaló el intérprete catalán poco antes de comenzar a cantar la canción que en 1981 inmortalizó su amor por los más pequeños.
Con «Esos locos bajitos», y acompañado al piano por Ricard Miralles, uno de sus músicos habituales, Serrat dejó con la boca abierta a un aforo integrado por adultos que crecieron con sus canciones y sus hijos: niños y niñas que acaban de descubrir sus composiciones al tiempo que luchan contra la enfermedad.
En declaraciones a la prensa, justo después de visitar las instalaciones del centro y conocer de primera mano a sus habitantes, el cantante, de 74 años, reconoció que «ser artista tiene muchas partes buenas» y una es esta.
«Me gusta acercarme por aquí porque me hace sentirme mejor cuando me voy. Me siento bien. Es un mundo difícil, estás en contacto con esta historia dura de lo que son las enfermedades infantiles y sobre todo con las familias», explicó, convencido de que lo importante de su visita es que los pequeños y sus familias vean que alguien que habitualmente ven «desde una pantalla o a una distancia» está ahí, «cerca de su drama cotidiano».
Conocido como «El hogar lejos de hogar», la Casa Garrahan brinda desde 1997, de forma gratuita, un hogar a los pacientes que residen a más de 100 kilómetros de Buenos Aires y se atienden en los hospitales pediátricos Elizalde, Garrahan o Gutiérrez, mientras reciben tratamientos ambulatorios o esperan diagnósticos de complejas enfermedades que no requieren internación.
«Hemos vivido un momento maravilloso. Joan es muy amigo nuestro ya hace varios años. Nos ha visitado desde 2007», contó a Efe Beatriz Resnik, coordinadora de Relaciones Institucionales del centro, que se sostiene por los aportes solidarios de la comunidad y de diversas instituciones.
Según recordó Resnik, la colaboración del cantante con la Casa se originó cuando ese año la entonces jefa de prensa del centro, Ana Paunero, le mandó, poco antes de fallecer, una carta invitándolo que fuera a cantarle a los pequeños pacientes del Hospital del mismo nombre.
«Al mes siguiente estuvo en el hospital tocando para todos los chicos y médicos. Se estableció un vínculo muy hermoso porque es muy solidario y muy humano. Después vino 4 veces más y la casa no la conocía (hasta hoy)», evocó.
El barcelonés, superviviente de tres cánceres, casado, con tres hijos y varios nietos, consideró que los niños son una parte muy sensible de la vida, pero remarcó a la prensa que las diferentes etapas del ser humano también lo son.
«También me pasan por el corazón los abuelos viejos, que viven un tiempo de gran abandono y olvido por parte de la sociedad», añadió, para lamentar que los actuales son momentos difíciles para la solidaridad, principalmente por «circunstancias políticas».
«La solidaridad no solo es un valor que debe ir en alza, sino que es una situación de lesa humanidad y obligado cumplimiento», enfatizó.
Consultado por cómo reaccionaron los chicos y chicas de la Casa durante su visita por las habitaciones, antes de poner el broche final cantando, el cantante no dudó en sincerarse.
«Algunos con indiferencia absoluta. Saludable indiferencia. Otros con curiosidad y algunos con aburrimiento… diciendo ¡otra vez vamos a una foto». Pero es así… los chicos tienen esta maravillosa naturalidad que los hace tan adorables», concluyó.