Sequía obliga al Canal de Panamá a imponer nuevas restricciones a los buques
EFE
La intensa sequía de los últimos meses ha obligado al Canal de Panamá, por el que pasa el 6 % del comercio mundial, a imponer nuevas restricciones de calado a los buques que cruzan las esclusas y a exigirles que lleven menos carga, informó este martes a Efe la ruta interoceánica.
El vicepresidente de Ambiente, Agua y Energía, Carlos Vargas, explicó que los ajustes de calado comenzaron hace unos meses en 49 pies (14,9 metros) y se extenderán el próximo 28 de mayo hasta los 43 pies (13,1 metros) para los buques neopanamax que usan las nuevas esclusas, y hasta los 39,5 pies (11,8 metros) para los panamax que cruzan las esclusas centenarias.
El calado es la profundidad que alcanza en el agua la parte sumergida de una embarcación y, cuando hay restricciones, los buques están obligados a llevar menos carga para navegar sin riesgos.
«En los últimos cinco meses no ha llovido en la cuenca del canal y los lagos mantienen un nivel muy bajo de agua», aseguró Vargas, quien confía que las lluvias «se normalicen» en las próximas dos semanas.
El canal, construido a principios del siglo pasado por Estados Unidos, opera con unos sistemas de esclusas en distintos niveles, que requieren 202.000 metros cúbicos de agua cada vez que pasa un barco.
El nivel de los lagos Gatún y Alajuela, dos embalses artificiales que abastecen de agua al canal, está mucho más bajo de lo normal. El primero registra un déficit de agua de 1,52 metros, mientras que el del segundo es de 4,28 metros, según el directivo canalero.
Panamá se encuentra en plena temporada seca, que se extiende aproximadamente hasta abril y se caracteriza por intenso sol, cielos despejados y ausencia de lluvias.
La presencia de El Niño, un fenómeno que ocurre cada dos o tres años como consecuencia del calentamiento anormal del Océano Pacífico, prolonga la temporada seca y disminuye a niveles mínimos las lluvias.
El Niño fue especialmente intenso en 2016, cuando el país sufrió la peor sequía en 100 años y el canal tuvo que imponer unos ajustes de calado mucho más estrictos, que le causaron unas pérdidas de 44 millones de dólares.
El canal calcula que las restricciones de calado de este año le provocaran unas pérdidas de 15 millones de dólares porque los barcos llevan menos cargas y pagan peajes más bajo por cruzar las esclusas, apuntó el vicepresidente.
«Creemos que este es el último aviso en cuanto a ajuste del calado de los buques», concluyó Vargas.
Los dos mayores clientes de la ruta acuática son Estados Unidos y China y el transporte de contenedores es su principal negocio, aunque las nuevas esclusas, inauguradas en junio de 2016, han dado paso a nuevos mercados, como los grandes cruceros o el gas natural licuado (GNL).