Seguridad a toda prueba para las papeletas de votación en Ecuador
EFE
Unos cuentan papeletas, otros cierran fundas, otros trabajan en el embalaje y, más allá, un grupo se encarga de transportar el material electoral para los comicios del 2 de abril en Ecuador. Todos los esfuerzos son pocos para la seguridad de un proceso del que saldrá el próximo presidente del país.
El objetivo es garantizar la inviolabilidad de los documentos que se utilizarán -papeletas, actas, boletines y libretas de registro, entre otros- y para eso, el Instituto Geográfico Militar (IGM), encargado de su elaboración, extrema las medidas para asegurar a los ciudadanos que su voto será respetado.
La primera vuelta de las elecciones, celebrada el 19 de febrero, estuvo rodeada de sospechas de fraude difundidas por dirigentes políticos y amplificadas por las redes sociales, que sembraron la intranquilidad de muchos ciudadanos sobre la transparencia del proceso.
Aunque no hubo impugnaciones, cientos de personas se concentraron durante los días siguientes a la votación ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), en Quito, y solo abandonaron el plantón cuando el presidente de ese organismo, Juan Pablo Pozo, anunció la segunda vuelta para el 2 de abril.
También generaron desconfianza las declaraciones que, días después de las votaciones realizó el general del Ejército Luis Castro, quien dijo que durante la primera vuelta hubo fallos en la «cadena de custodia» del material electoral, encargada a los militares, lo que fue desmentido por el CNE y por el Ministerio de Defensa.
En todo caso, los dos candidatos más votados en la primera vuelta, el del movimiento oficialista Alianza País (AP, izquierda) Lenín Moreno, y el del opositor movimiento CREO (centro derecha) Guillermo Lasso, competirán de nuevo en las urnas por suceder al presidente, Rafael Correa, quien dejará el poder en mayo tras gobernar Ecuador durante diez años.
En las instalaciones del IGM, 443 personas de ese organismo y del CNE trabajan ahora con todo empeño por garantizar que la seguridad de la elección sea total el 2 de abril.
Allí el proceso es sometido a estrictos controles que empiezan en el acceso desde el exterior e incluyen la vigilancia de centinelas y el control de todos los rincones del recinto por medio de 190 cámaras estratégicamente ubicadas y escrutadas día y noche por el personal.
Almacenes, salas de impresión, área de recuento, bodega de deshechos y vehículos, nada escapa a la mirada de los monitores de televisión que, a su vez, son atentamente observados por guardianes.
«Estoy plenamente convencido de que lo que aquí se hace es absolutamente inviolable. Lo contrario sería evidenciar la posibilidad de que, a lo mejor, la cédula o el pasaporte de los ecuatorianos se puede clonar y eso no sucede», decía esta semana a periodistas el coronel William Aragón, director del IGM, centro especializado en la seguridad documental.
El proceso para la confección del material electoral de las dos vueltas de los comicios tiene un costo de unos 10 millones de dólares, de los cuales 1,2 se invierten en la segunda ronda.
Esta vez, en teoría, la complejidad será menor porque los ecuatorianos solo deberán introducir una papeleta en la urna, mientras que en la primera vuelta fueron cinco sufragios: presidente, legisladores nacionales, legisladores provinciales, parlamentarios andinos y consulta popular sobre paraísos fiscales.
De todos modos, el CNE y el IGM están decididos a aumentar el esfuerzo para que todo marche sobre ruedas y se han tomado medidas como la incorporación de nuevos elementos en la impresión de los documentos electorales.
Fondos anti-escáner y anti-copia, tintas de seguridad reactiva al metal y sistemas de seguimiento y seguridad por medio de chips de radiofrecuencia son algunas de esas medidas, que tienen como objetivo dificultar posibles intentos de falsificación, alteración o duplicación de cualquiera de los dieciocho documentos que componen el paquete electoral.
La seguridad abarca también el diseño de los materiales por medio de software especializado y con tintas especiales, impresión digital de documentos con data variable, generación de etiquetas con códigos de seguimiento del 100 % del material, así como monitoreo de los vehículos de transporte.
La distribución de los materiales por los puntos de almacenamiento del país sigue su curso de acuerdo al plan trazado por las autoridades. Todo está ya en marcha, pues, para el 2 de abril, el gran día en que los ecuatorianos elegirán a su próximo jefe del Estado.