Ramos Allup: «Si el 84% quiere diálogo por qué acusar a la MUD de entreguista» - 800Noticias
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Henry Ramos Allup ve en los estudios de opinión -algunos divulgados por la prensa- informaciones «muy interesantes». Cree que muchos no están haciendo la lectura correcta del país y reivindica que, pese a que la Mesa de la Unidad Democrática ha recibido «muchos ataques desmedidos», la organización sigue teniendo una percepción positiva entre los venezolanos.

«Hemos tenido poca capacidad de defensa, porque hasta en eso hemos sido tolerantes y silentes», lamenta el secretario general de AD, quien anunció que para el momento de la publicación de esta conversación (sostenida el jueves) un encuentro cara a cara entre la MUD y el Gobierno, transmitido en cadena de TV, podría ser inminente.

-Dos meses de protestas y de represión, ¿cuál es la situación interna de la MUD hoy?

-La situación es que hay diferencias de criterio, no sólo en la apreciación de la realidad política sino en las estrategias. No es ningún secreto que algunos promovieron la toma de la calle y «La Salida», con todas las consecuencias que esa propuesta significó, y los que propusimos otro tipo de oposición, sin que necesariamente eso consistiera en abandonar la calle o dejar de hacer manifestaciones de protesta frente al Gobierno.

-La MUD tenía un plan para fortalecer y aumentar su base social con la gestión de los nuevos alcaldes, que ahora están en situación de gran vulnerabilidad. ¿Precipitar la agenda de calle perjudicó ese plan de crecimiento?

-Esa es una de las valoraciones que tendremos que hacer oportunamente. Hay muchísimas razones para protestar y las protestas son las consecuencias de un problema económico, político, social, etc. A mi modo de ver, la protesta política y sus derivaciones de represión, violencia y guarimbas han venido a hacerle al Gobierno un enorme favor, porque descentramos la razón fundamental de la oposición y el flanco más vulnerable del Gobierno, que es la enorme crisis. También muy grave es que la violencia, la represión y las guarimbas se producen exactamente en aquellos municipios donde los alcaldes son opositores, con el grave peligro de que alguno pueda ser, igual que Scarano y Ceballos, no solamente destituido sino encarcelado. Cuando la violencia se produce en alcaldías cuyos titulares son del Gobierno no pasa nada. Ahora, yo creo que eso hay que evaluarlo, porque mantener a los alcaldes de la oposición en jaque permanente y en peligro de destitución, no sé cuál es la ganancia que arroja la protesta y la eventual represión circunscrita a esos municipios donde hay alcaldes de la oposición.

-¿Erraron el cálculo los promotores de «La Salida» con la reacción del Gobierno?

-La primera consigna fue «la salida ya», después se suprime «ya» y queda «La Salida». Yo evaluaría esa estrategia de calle con sus derivaciones en términos de muertos, heridos, represión, juicios, prisiones y destituciones. ¿Cuál ha sido el resultado?, ¿hemos avanzado? El elevadísimo costo que han pagado los venezolanos -no es ni el Gobierno ni la oposición- ¿ha servido para crecer como oposición? Los que creemos que la salida es democrática, pacífica y constitucional no tenemos otro camino que hablar directamente de los problemas frente al Gobierno, para que el país se entere cuáles son nuestras propuestas y exigencias. No hay otro mecanismo, el único sustituto del diálogo es la guerra, la matanza, terreno en el que nadie, en su sano juicio, quisiera incurrir. Varias encuestas reflejan que el 84% de los venezolanos, como media, sin distingos políticos, son partidarios del diálogo y que más del 50% le atribuye al Gobierno la responsabilidad de lo que está pasando. Yo creo que hay sectores radicalizados que están impidiendo la posibilidad de diálogo directo, franco y abierto, porque se les cae su agenda. ¿Por qué se va a acusar a la oposición de entreguista, de vendida, de traidora, cuando el 84% de los venezolanos quiere diálogo?, cuando a Miraflores han concurrido a conversar con el Gobierno empresarios tan importantes como Lorenzo Mendoza y el presidente de Fedecamaras, los medios de comunicación, la Cámara Venezolana de la Radiodifusión, todas las iglesias, el Nuncio y la Conferencia Episcopal. No puede ser que si todos esos factores han concurrido a Miraflores, como lo hicieron los alcaldes y los gobernadores, cuando va la dirigencia política a ejercer su deber de representación de la oposición política seamos acusados de traidores. En esto tenemos que actuar sin complejos, con el costo político que tengamos que asumir para salir de este punto muerto, de este atolladero.

-Pero la MUD ya está pagando un costo político por la agenda que impuso una parcialidad a su totalidad.

-Tan sencillo como eso, es verdad. También debemos cargar a nuestra cuenta el no haber delimitado a tiempo por preservar la unidad. La unidad no se preserva con el silencio sino llamando a las cosas por su nombre.

-Esas diferencias, que son de fondo, las mantienen internamente hace meses y «La Salida» dividió a los seguidores de la Mesa. ¿No es tiempo de hacer el deslinde público?

-Las diferencias son de fondo y sus consecuencias han tenido un precio demasiado alto. Fíjate que el movimiento estudiantil deslindó claramente y yo creo que lo mismo hay que hacer en la MUD. Y esto no es ofensivo contra nadie, ni que uno considere a la persona u organización de quien se deslinde mala o rechazable, sino porque tenemos puntos de vista que, en la coyuntura, son irreconciliables. De cara al país hay que sincerar una situación que la tenemos hace tiempo planteada en la Mesa y en las fracciones parlamentarias. Eso hay que resolverlo porque no podemos seguir caminando con grilletes en los pies.

-Se nota en el sector que promovió «La Salida» cierta incoherencia. Han criticado que el oficialismo ponga mandatarios paralelos en las gobernaciones de la oposición, pero han alentado a una dirigencia estudiantil al margen de la legítimamente electa en las universidades.

-Eso es verdad. Si se fomenta la unidad, pero dentro del propio sector opositor se fomentan paralelismos indebidos con agendas muy particularistas, como ha ocurrido en la Mesa, en las fracciones parlamentarias y en el movimiento estudiantil, eso refleja incoherencia de quienes están promoviendo eso. ¿Unidad cuando te conviene pero disgregación cuando eso afecta la agenda de tu partido o de tu persona? Eso lo tenemos todos los días.

-Ha habido reclamos por presunta falta de solidaridad de parte de miembros de la MUD hacia Leopoldo López o María Corina Machado. ¿Fueron ustedes consultados para la ejecución de esas agendas «particularistas»?

-Nosotros, en el caso de Leopoldo López, que fue apresado, o en el caso de María Corina Machado, que fue despojada de su fuero, expresamos claramente nuestro respaldo. En ningún momento se nos solicitó ni siquiera opinión con todo lo que se iba a hacer y, sin embargo, hemos sido solidarios, porque no sólo es nuestro deber sino porque lo sentimos así. En el caso de AD, que tenemos años en una afanosa tarea de solidaridad con los exiliados y presos políticos, ojalá hubiéramos contado con esa solidaridad en esa gestión tan tenaz que ha realizado Edgar Zambrano, sobre quien se han puesto a rodar en algunos factores de la oposición rumores verdaderamente desagradables. Nosotros somos solidarios con los presos de antes y con los de ahora.

-El Episcopado publicó un comunicado donde responsabiliza al Gobierno de la crisis. ¿Afecta eso el papel de la iglesia como mediadora?

-El documento de la CEV es certero y absolutamente realista y puede ser, perfectamente, mediadora. Creo que la Iglesia, el Nuncio, incluso los embajadores y cancilleres de cualquier organización, sean de la OEA o Unasur, son bienvenidos. Cuantos más testigos haya, mejor. Y no para que certifiquen resultados. Se dice que con los compromisos que adquirió el Gobierno en la Mesa de Negociación y Acuerdos de 2002 no ocurrió nada, y quiero ser insistente: que no se diga mañana que si vamos a Miraflores y planteamos nuestras cosas y no se logra nada, salte nuevamente el sector radical a decir: «fíjense, se retrataron, enfriaron el ambiente, le hicieron el favor al Gobierno y no lograron nada». Nosotros no podemos certificar resultados, lo que sí podemos garantizar es que vamos a plantear todos los problemas que están padeciendo los venezolanos y vamos a plantear todas las eventuales soluciones que, en definitiva, dependen de que el Gobierno tenga o no disposición de cumplir. Y los testigos van a ser los millones de venezolanos que van a ver nuestra comparecencia.

-La Mesa se hizo eco de una lista de exigencias como condición sine qua non para que hubiera ese acercamiento.

-Hay algunos que ponen esas condiciones como escollo para que el diálogo no se dé. Si se empiezan a poner condiciones previas, que más bien son puntos de la agenda, se está impidiendo la posibilidad de la reunión y eso es lo que quieren muchos.

-¿Y cómo han avanzado en la posibilidad de que se sienten la Mesa y el Gobierno?

-Se han intercambiado mensajes y esto lo sabe la opinión pública. El Gobierno envía mensaje y la oposición responde, como debe ser.

-¿Se puede decir que es inminente la posibilidad de un encuentro cara a cara?

-Yo creo que sí. El diálogo, o la conversación, o la reunión, ¡o como se llame! -tenemos casi grima de decir de qué se trata- bueno, sea diálogo, reunión, en fin… la comparecencia, se tiene que producir de un momento a otro. Y no es que, como dicen, vamos a hacerle un favor al Gobierno. No, se trata del país. ¿Para qué demorarlo más?

Fuente: EL UNIVERSAL

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