Intimidación en Aeropuerto de Maiquetía
«¿A qué se dedica? ¿Dónde se va a quedar? ¿Tiene familia allí? ¿Cuánto dinero lleva?» son algunas de las preguntas a las cuales se están acostumbrando los usuarios del Aeropuerto Internacional de Maiquetía Simón Bolívar, quienes responden sonrientes a la inquisición militar para no levantar sospechas que les den pasaje directo a la revisión del equipaje.
Para los extranjeros sigue siendo extraña la militarización. Un ciudadano español que viajaba de regreso a su país manifestó su asombro por la revisión que le hacen, así como por las largas colas que ha hecho antes de pasar por el puesto de la Guardia Nacional (GN).
La Unidad Antidrogas de ese cuerpo es la encargada de realizar este chequeo, que tiene el legítimo fin de impedir el narcotráfico. Sin embargo en otros países lo realizan oficinas civiles especializadas en psicotrópicos, como la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por su siglas en inglés), el Grupo Especial de Tarea Antidrogas en Perú o la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional en Colombia. La diferencia entre el mundo civil y el militar podría hacer la diferencia en el trato, pero en la Unidad Antidrogas de Maiquetía alegan que el tipo de preguntas que realizan es parte de la estrategia y que no vulnera los derechos de los usuarios.
Para Rocío San Miguel, presidenta de la Organización No Gubernamental Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada, el trato intimidante responde a una política de criminalización del usuario ante las fallas recientes, especialmente después de que salieran del aeropuerto 1,3 toneladas de cocaína a través de Air France. «Estamos siendo tratados como narcotraficantes, y eso deslegitima a la FANB y a su trabajo, porque un control efectivo no deriva del maltrato sino de la tecnología y el adiestramiento».
Freddy Charris, consultor aeronáutico, coincide en que la detención de ocho efectivos por el caso de Air France aumenta las razones para apretar de forma discrecional la revisión, la cual solo ocurre en vuelos de riesgo, como los dirigidos a Europa, Estados Unidos y Perú. En esas rutas suele retrasarse el check-in y las personas hacen cola hasta por tres horas.
Viajeros que se dirigían a República Dominicana el pasado miércoles explicaban que el mostrador de la aerolínea no podía abrir sin que iniciara la inspección de la GN. «Llegué a las 7:30 a.m. y abrieron a las nueve porque no se había instalado la GN. Se suponía que a las nueve ya estaríamos chequeados», indicó un joven.
Represión silenciosa
Pero a pesar de las esperas los usuarios permanecen callados. No reclaman después de que los militares les cuestionen en voz baja -pero punzante- todo aquello que harán fuera de la patria. El ambiente que inspira el dominio militar en el aeropuerto mantiene a la gente a raya. José Argenis Ramírez viaja frecuentemente y expuso su desacuerdo con el trato. «Me preguntaron a qué me dedico, cuándo compré el boleto, quién me lo compró, con qué dinero, y cuánto me llevo. A mi papá le pidieron las tarjetas de crédito para verlas», reclama.
En el Instituto Aeropuerto Internacional de Maiquetía (IAIM) aseguran que las operadoras adelantan su tiempo de check-in para no retrasarse y que el aeropuerto no puede controlar el tipo de revisión que realiza la GN, ni regular las largas colas. Creen que se realizan porque las personas llegan con mucho tiempo de anticipación. «A mí me dieron el pitazo de que se estaba tardando por una revisión más profunda y nos vinimos con el doble de tiempo», aceptó un señor que viajaba a Nueva York.