Aliados apoyan a Maduro ante protestas, otros países de la región piden diálogo - 800Noticias
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CARACAS  (AFP) – La crisis venezolana generó disimiles reacciones en América Latina con Bolivia, Ecuador y Argentina y Cuba cerrando filas con Maduro y otros como Brasil y Uruguay pidiendo respeto a las libertades, mientras Colombia, Chile y Panamá generaron la irritación de Caracas.

Las manifestaciones, que comenzaron hace más de dos semanas con grupos de estudiantes y opositores al gobierno protestando contra la inseguridad, la inflación y la escasez de productos, y que el gobierno venezolano las ha considerado como un «golpe de estado fascista en marcha», no han dejado indiferentes a los países de la región.

En unas duras declaraciones el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó el miércoles la «inaceptable» violencia durante las manifestaciones y llamó al gobierno a liberar a los detenidos, unas declaraciones que se producen poco después de la expulsión de tres diplomáticos estadounidenses de Caracas.

Entre los apoyos, Argentina ha expresado su «firme respaldo» al gobierno de Maduro, a través de un comunicado de la cancillería, en el que denunció «los evidentes intentos de desestabilización» y llamó a los países de la región a reafirmar una «solidaridad activa y de defensa común» frente a «grupos» a los que acusó de buscar «imponer sus intereses sectoriales y suplantar gobiernos legítimos surgidos de la voluntad popular».

El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, acusó a sectores extremistas de Estados Unidos de estar «conspirando» para intentar «derrumbar» el gobierno de Maduro y desestabilizar la región.

En la misma línea se pronunció el boliviano Evo Morales, quien calificó de «aventura golpista» las protestas y vio detrás la mano de Estados Unidos, mientras que el ecuatoriano Rafael Correa acusó de los disturbios a la «derecha fascista».

Cuba condenó los que consideró «intentos en desarrollo de un golpe de Estado» y expresó su «pleno apoyo» a Maduro.

– Diálogo político –

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) pidió por su parte a Venezuela que propicie un diálogo con las fuerzas políticas, al igual que le pidieron Unasur y la Organización de Estados Americanos (OEA), que rechazaron la violencia y los disturbios que se han registrado en las protestas estudiantiles.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, apeló a «la responsabilidad del Gobierno de evitar el uso de la fuerza por parte de la policía o grupos afines» y a la oposición «a manifestarse pacíficamente evitando provocaciones», mientras alertó de la «urgencia» de un diálogo político.

Diálogo también pidieron Brasil y Uruguay, ambos con buenas relaciones con Venezuela.

El ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Luiz Alberto Figueiredo, dijo que Brasil «sigue con atención» la situación en Venezuela y mostró su esperanza de «una convergencia dentro de un respeto a la institucionalidad, la democracia» y sin disturbios, acotó.

Uruguay dio un paso más y si bien señaló su «más firme apoyo y solidaridad» al gobierno venezolano, el gobierno liderado por José Mujica resaltó que defiende «fervientemente» la libertad de expresión.

Pero las posturas de Panamá, Colombia y Chile no sentaron bien a Maduro.

Las declaraciones del canciller panameño, Francisco Álvarez De Soto, que abogó por un diálogo para resolver el conflicto, costó una llamada a consultas a la embajadora venezolana en Panamá, país al que Maduro acusó de injerencia. La cancillería también había pedido respeto de los derechos humanos en Venezuela, tras varias denuncias de una represión excesiva a los manifestaciones estudiantiles.

El mayor enfrentamiento fue con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien tras pedir que «se respeten y se fortalezcan los principios democráticos» y el diálogo entre el gobierno y a la oposición, desató la ira del mandatario venezolano, que consideró sus palabras como una intromisión.

«!Ya basta carajo! ¡Ya basta de que se metan en los asuntos internos de nuestra patria. Los problemas de los venezolanos los resolvemos los venezolanos», contestó Maduro.

El presidente Sebastián Piñera dijo por su parte que Chile «respeta la autodeterminación de los pueblos», pero llamó a Venezuela a respetar y promover los derechos humanos y y «las libertades fundamentales como la libre expresión, información, opinión y manifestación», por lo que también fue acusado de «inmiscuirse» en los asuntos de Venezuela.

El presidente peruano, Ollanta Humala, invocó este jueves a las fuerzas políticas a actuar con calma y a dialogar para resolver sus diferencias para que «prevalezca» la democracia. Y su esposa, presidenta del oficialista Partido Nacionalista, Nadine Heredia, instó al diálogo porque «no podemos tapar el sol con un dedo».

 

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