Sin fecha para inicio del Sistema de Abastecimiento Seguro
El registro biométrico de la Misión Alimentación para controlar las compras de alimentos en las redes de comercialización del Gobierno inició ayer en 156 puntos a escala nacional.
Aunque el objetivo del mecanismo es «luchar contra situaciones difíciles como el contrabando de extracción, la reventa de productos y el bachaqueo», aún no hay fecha definida para la implementación del Sistema de Abastecimiento Seguro, a través del cual las personas serán identificadas con la huella dactilar, cada vez que acudan a comprar en Mercal, Pdval o en los Abastos Bicentenario.
El ministro de Alimentación Félix Osorio, señaló que dicho sistema entrará en vigencia cuando tengan «una base de dato robusta» que les permita identificar las irregularidades que ocurren en los puntos de venta.
«Cuando tengamos una base de datos importante y hayamos cumplido con los requisitos técnicos de ancho de banda y conectividad podrán comenzar las ventas a través del sistema biométrico», indicó Osorio.
Las cajas registradoras todavía no están conectadas con dicho sistema, por lo que los consumidores pueden adquirir las cuotas que fije cada establecimiento entre dos y cuatro unidades por producto por persona, con la frecuencia definida de una vez por semana.
Osorio indicó que el registro biométrico será permanente por lo que exhortó a la población a no hacer colas para registrarse.
Las personas que no se hayan registrado no recibirán ninguno de los beneficios que ofrece la filiación al sistema, como descuentos en productos y sorteos de viviendas y vehículos.
Quienes acudieron ayer a registrarse proporcionaron información sobre sus datos personales: nombre y apellido; cédula de identidad; dirección exacta y punto de referencia; estado, municipio y parroquia; si conocen o pertenecen a algún consejo comunal; teléfono móvil y local; nivel de ingreso promedio; cargas familiares; estado civil; si posee carro y vivienda propia; y ocupación. Si trabajan en algún ministerio debían explicar sus funciones.
Las personas que se registraron señalaron que el proceso era sencillo. Toma alrededor de tres minutos. Para el proceso se utilizaron 678 máquinas del CNE.
Registrarse en el sistema de abastecimiento seguro no será una limitante para comprar en las redes de alimentos del Estado, pero quien no lo haga no recibirá beneficios, dijo Osorio.
Ayer no se entregaron las tarjetas de abastecimiento seguro. Osorio indicó que las mismas serán entregadas a personas con discapacidad y en condiciones especiales.
Señaló que quienes ya son beneficiarios de alguna de las misiones del Gobierno, y poseen una tarjeta en alguna de las instituciones bancarias del Estado, ya están automáticamente afiliados al sistema.
Citó como ejemplo la base de datos del Banco de Venezuela, que ya está conectada con el registro biométrico.
El control manual
Mientras el ministro Osorio transmitía en vivo el proceso de registro, las personas hacían cola en el ala derecha del establecimiento para comprar los alimentos de la cesta básica. Uno de los pasillos del Gran Abasto Bicentenario de Plaza Venezuela fue habilitado como una sala en la que se encontraban los rubros básicos. En la entrada, un cartel advertía a los consumidores las cuotas que podían comprar: dos unidades de aceite vegetal, dos de café, dos de leche, dos de mantequilla ligera, dos de harina de trigo y cuatro de harina precocida de maíz.
La advertencia escrita no era suficiente. A la salida de ese espacio, una funcionaria de la Milicia Bolivariana revisaba los carritos para verificar que los compradores llevaran las cantidades autorizadas. En los casos en los que llevaban más de lo permitido, les retiraba los productos «sobrantes».
Además de revisar la compra, la funcionaria también entregaba los productos de manera personalizada.
Mientras los usuarios hacían colas para comprar esos alimentos, los anaqueles estaban repletos de productos que las personas no podían comprar: leche en polvo, harina precocida, aceite, margarina, azúcar, arroz, pasta, jabón en polvo, lavaplatos líquidos, rubros que con dificultad se consiguen en el mercado.
Efectivos de la Guardia Nacional y la Milicia Bolivariana custodiaban para que nadie tomara esos productos porque eran «de exhibición».
La cola para ingresar en ese espacio era larga. Las personas contaban que llegaron al Bicentenario a las 4 de la madrugada y entraron al establecimiento cerca del mediodía.
Los consumidores manifestaron estar de acuerdo con que les vendan los alimentos de esa manera, porque así se genera menos caos.
«Así la gente no se golpea ni se mata para agarrar la comida. Uno hace su cola y se lleva sus productos. Así es mejor, porque si los ponen así entonces la gente se vuelve loca», expresó Edwin Ramírez, quien estuvo desde las cinco de la mañana en la cola.
Información El universal