Venezuela, agobiada por el dengue, la malaria y el chikungunya
Venezuela registra en 2014 más de 150.000 casos de dengue, malaria y chicunguña, a la par de que 1,2 millones de personas han registrado episodios febriles sin que se conozca un diagnóstico preciso, según un reporte de organizaciones civiles divulgado este miércoles.
La red Defendamos la Epidemiología de la Sociedad Venezolana de Salud Pública y el Observatorio de Salud señala que entre el 1 de enero y el 25 de octubre 71.620 personas han sido diagnosticadas con malaria, 71.007 con dengue y 9.831 con chicunguña.
Esta es la segunda peor epidemia de dengue que enfrenta en 25 años «y aún estamos en la fase de expansión, este problema va a continuar», comentó a la AFP José Félix Oletta, exministro de Salud y uno de los expertos que participó en la elaboración del informe.
Estas cifras y el alerta lanzada por ambas organizaciones contrastan con las cifras gubernamentales, que a finales de septiembre reportaban 48.827 casos de dengue y 634 de chicunguña en 2014.
«Tenemos un sistema de salud ineficiente que no informa y ataca el problema tardíamente. Pasaron 20 semanas de que se sabía que el virus del chicunguña ya estaba en Venezuela y fue cuando el gobierno empezó a exigir una notificación de los casos», añade Oletta.
El experto señala que, según las proyecciones, 2014 cerrará con 90.000 casos de malaria, lo que significa un «retroceso de décadas», ya que a finales de los 1960 se registraban unos 2.000 casos.
Estas tres enfermedades, que provocan fiebre y dolor en el cuerpo, entre otros malestares, son transmitidas por la picadura de zancudos y no existe vacuna.
Según Oletta, la presencia de mosquitos en Venezuela supera hasta en cuatro veces los niveles admitidos, lo que constituye una «tormenta perfecta» para el desarrollo de epidemias.
Tras la multiplicación de casos febriles, el gobierno puso en marcha campañas informativas para prevenir el desarrollo de mosquitos y campañas de fumigación para eliminar criaderos.
Sin embargo, para Oletta la reacción del gobierno fue tardía, además de que el ministerio de Salud no dispone de recursos suficientes para atender esta emergencia.
La multiplicación de estas enfermedades coincide con una crisis en el sector salud venezolano, aquejado por una escasez de medicamentos, reactivos y equipos médicos, la gran mayoría importados.
En Venezuela rige desde 2003 un estricto control cambiario que obliga al sector privado a solicitar al gobierno dólares para realizar importaciones, pero las entregas de las divisas registran atrasos de hasta dos años.